No. No es fake. Ni un invento. Es la vida. La biología les permitió adaptarse a condiciones muy extremas y cuando hibernan, el poco oxígeno que necesita su cuerpo lo ingresan por el ano (que sirve no sólo para defecar sino también para las relaciones sexuales y para poner huevos) y logran una adaptación increíble.
Algunos la llaman “tortuga punk” por su aspecto. Pero es una maravilla de la ingeniería biológica. Tiene un penacho verdoso sobre su cabeza y una expresión divertida. Fue sensación en Australia en una época y los nativos la pescaban para revenderla como mascota. Hasta que el gobierno dijo basta: estaban en peligro de desaparecer.
Y no es sólo eso. Es un fósil viviente. Según algunos científicos se trata de un ejemplar que caminó junto con los dinosaurios hace 50 millones de años. Es australiana para más datos y vive en el río Mary y ahora es una de las especies que se halla en peligro de extinción.
Aunque parezca increíble, la tortuga del río Mary fue otrora una popular mascota, a pesar de ser una de las tortugas más grandes de Australia. Su tiempo de crecimiento es muy extenso como los humanos: las hembras tardan 25 años en convertirse en ejemplares adultos; los machos, 30. En los años 60 y 70 se vendían alrededor de 15.000 de estos ejemplares cada año en los negocios de mascotas. De hecho, se las conocía como “las tortugas de las veterinarias”. Pero el furor duró apenas diez años y el Gobierno australiano prohibió su comercialización.
Veinte años más tarde, en 1994, un estudioso de las tortugas de Sidney, John Cann, la redescubrió y la clasificó como una nueva especie de una larga estirpe de reptiles. El propio Cann ha explicado a Reuters que el hábitat de este reptil no está completamente protegido, y que la introducción de nuevas especies de peces amenaza la supervivencia de las tortugas jóvenes: “Han sobrevivido durante millones de años a todo tipo de depredadores, pero ahora están en peligro a causa del hombre“.
Y ahí surge el dato que más llama la atención: pueden respirar por el trasero.
Estos animales utilizan pulmones para respirar, sin embargo, cuando en ciertos hábitats llega el frío del invierno y las superficies de los sitios que hospedan se cubren de hielo o el río corre muy rápido, se ven obligadas a hibernar dentro el agua, lo que les permite sobrevivir a esa temporada.
La realidad es que la biología una vez más supera la imaginación, ya que es cierto, las tortugas tienen la capacidad de respirar por el ano, o lo que se considera el trasero en estos animales.
Este tipo de respiración se denomina enteral, cloacal o intestinal, es utilizado por ciertos tipos de tortugas como una respuesta natural o un mecanismo de supervivencia ante ciertas adversidades del entorno, como ambientes desprovistos de oxígeno.
Así, en invierno van al fondo, quedan quietitas e hibernan. Sus funciones vitales se reducen en un 95%. Pero ese 5 por ciento restante necesita oxígeno. Y no pueden salir a superficie. Por ende, lo consiguen… ¡por la puerta de atrás!
Técnicamente, las tortugas tienen una abertura polivalente conocida como “cloaca”, que se utiliza para la reproducción sexual y la puesta de huevos, así como para expulsar los residuos. Sin embargo, realizan un proceso llamado respiración cloacal, que podría, en un sentido menos técnico, interpretarse como “respiración a través del ano”.
Durante la respiración cloacal, las tortugas bombean agua a través de sus aberturas cloacales hacia dos órganos en forma de saco conocidos como bursas, que actúan como pulmones acuáticos, según explicó a Live Science Craig Franklin, fisiólogo de la fauna salvaje de la Universidad de Queensland (Australia) que ha estudiado ampliamente la respiración cloacal. El oxígeno del agua se difunde entonces a través de las papilas, pequeñas estructuras que recubren las paredes de las bursas, y llega al torrente sanguíneo de la tortuga.
En una palabra: “el agujerito maravilloso”. El trasero de la tortuga del río Mary sirve para evacuar heces, para poner los huevos, para tener relaciones sexuales y ¡para respirar!
Se da en especies de río cuando hay mucha correntada o condiciones climáticas de capas de hielo en superficie. La capacidad de permanecer bajo el agua durante largos periodos de tiempo es extremadamente útil para las tortugas de río, ya que salir a la superficie puede ser un trabajo duro. “Para una tortuga que viveen aguas rápidas, salir a la superficie a respirar representa un pequeño problema porque podría ser arrastrada”, advirtió Franklin. Y añadió: “Permanecer cerca del lecho del río también facilita evitar a los depredadores, como los cocodrilos”.
Más no se puede pedir. Una adaptación a las condiciones del hábitat.