Así lo decidió el gobierno nacional. Apuntan como causante a la industria alimenticia cuando no es la única formadora de precios. La yerba cae en la volteada así como frutas y pañales
La ortodoxia liberal aplicada por el gobierno de Javier Milei decidió que hay que importar alimentos con baja carga de impuestos para tratar de bajar el precio de los mismos dentro del país. El artilugio sugiere que la formación de precios está en la industria cuando no se puede ignorar que la cadena comercial es la que muchas veces decide hacer colchón y sube por encima de lo que se considera la expectativa de beneficios aceptable. Y el otro elemento que las autoridades económicas no quieren considerar (aunque deberían hacerlo) es la alta carga impositiva del gobierno federal.
Así, hasta la yerba mate caerá en la bolsa de los alimentos castigados.
En principio, unas 75 mil empresas del país industrializadoras de alimentos quedan impactadas. Representan el 15% de todas las firmas que se dedican a la producción de alimentos.
El listado es largo e incluye alimentos, tanto frescos como envasados, y de artículos de limpieza y perfumería, así como bebidas.
Por ejemplo, justamente en el rubro alimentos que contarán con mayores facilidades para ser importados, se encuentran las carnes bovinas, porcinas, aviar; pescados; los lácteos -desde leche fluida y en polvo a quesos duros y para untar, yogur y manteca- ; huevos, miel, hortalizas, legumbres (arvejas, porotos, garbanzos), frutos secos y especias.
También tendrán un acceso más directo al dólar quienes deseen importar frutas como como bananas, paltas, ananá, naranjas, mandarinas, limones, uvas, manzanas, peras; café, té y yerba mate y azúcar.
En una palabra, la medida del Gobierno beneficia a las importadoras de alimentos por sobre quienes los producen en nuestro país.
En principio, el Gobierno vino apostando al desplome de precios (caída de la inflación) a través de una menor demanda. Esto es: la gente tuvo que pagar más por los servicios (luz, gas, internet, seguros, agua, telefonía, etc) y le quedó menos dinero para alimentos.
Pero la estrategia hasta ahora no ha dado resultados. Los comercios aumentaron los precios y no están dispuestos a retroceder pese a la caída en las ventas. Esa es la realidad. “Hay muy pocos compradores en los salones de venta, pero salvo algunas promociones puntuales, no hay retroceso en los precios ya colocados para los productos”, señalan los observadores.
“Y eso no es todo -dijo un indignado consumidor-. La promoción de un gran súper señalaba que si compraba dos cervezas los lunes tenía un descuento de 50%. Pero resulta que el domingo estaba a 1100 pesos cada lata y el lunes -el día de la promoción- habían subido a 1600. Y sobre ese valor aplicaban el descuento. Eso es hacer trampas”.
Hay más datos extraños en la lista de productos: se mezclan los que no se producen en el país, como cacao, café, bananas y atún; con otros, donde Argentina es claramente más competitiva que el resto del mundo, como la carne vacuna.
Y la otra cuestión: no se trata de artículos de primera necesidad en todos los casos. Se autorizará a importar chicles, hisopos, cervezas sin alcohol, bombones, preservativos, jabones, esto es, una variopinta colección de productos.
La movida es dura. Secar la plaza (quitar pesos que circulan en el bolsillo de la gente) es una estrategia que se respalda con la no emisión de dinero y con un déficit cero. Todo coadyuva. Pero como siempre se dice, la inflación es un fenómeno multicausal. No emitir es condición sine qua non. Necesaria pero no suficiente. Que el Estado no gaste más de lo que recaude también. Suman. Pero aún no se ha podido descomprimir el elemento “expectativas”.
En febrero la inflación mayorista fue menor que la minorista por segundo mes consecutivo. ¿Cómo se lee esto? El nivel de precios mayorista mide los valores a salida de la industria (!) Entonces ¿quién está subiendo los precios por demás?
como en el juego infantil
¿Industria vos sos responsable de la inflación?
¿Yo, señor? ¡No, señor!
