Hace 42 años cambió todo. El gobierno militar se lanzó a una loca ofensiva. Eligió como bandera un símbolo que todos amaban. “Tras su manto de neblina…” era entonado en cada escuela del país. Hasta el continente se alió para luchar por Argentina. Pero el rival era poderoso. Y tenía sus propios problemas internos
La Historia tiene sus avatares. El propio Jorge Luis Borges no estaba muy seguro de que uno podía volver a bañarse en las mismas aguas donde lo hiciera antes. El río pasa y no vuelve. Otros dicen que sí retorna. Pero que no es el mismo. En Inglaterra una primera ministra tenía serios problemas para llevar su ajuste. Estaba echando mucha gente del Estado y cerrando (horror de los horrores) las minas de donde los británicos se proveen el carbón para suavizar el frío del invierno.
Hasta que surgieron estos locos del sur. “¡Tomaron las islas!”, le dijeron. “¿Las qué… cuáles…?”
Como cantaba Raúl Porchetto en aquel clásico (Reina madre) nadie sabía siquiera dónde quedaban. Pero, madre, ¿qué está pasando acá?
Son igual a mí Y aman este lugar tan lejos de casa Que ni el nombre me acuerdo ¿Por qué estoy luchando? ¿Por qué estoy matando?
Pero esa primera ministra vio una oportunidad.
Su paisano William Shakespeare había escrito unos siglos antes: “Mantené la mente de tu gente ocupada y tené disputas con el exterior: eso la va a entretener”.
Y así ocurrió la tragedia.
Pero lo peor no fue perder la guerra.
O como decían las canciones que todos creían a pie juntillas: “nuestro estandarte que nunca fue atado al carro vencedor de otra nación”… ahora resulta que sí era atado…
Lo peor fue el regreso de los pibes de la guerra. La misma jerarquía militar que hizo un manejo bélico espantoso ordenó que la sociedad se des-malvinizara. Qué error. Qué horror.
Si los norteamericanos tenían su karma con Vietnam, los argentinos la tuvieron y la tienen con Malvinas. Y no fue justo.
Un Astiz que era muy valiente con monjas desarmadas se rindió sin tirar un tiro. Ese era el mejor resumen.
Hubo otros que fueron puro corazón y empuje. Los propios aviadores que lucharon contra todo y lograron éxitos impensados.
El soldado Poltronieri tenía 19. Un simple conscripto. Analfabeto. Del campo. Pero sabía usar la metralleta. Sabía donde estaban las municiones. Les dijo a todos: “Váyanse. Ustedes tienen familias (en especial a los oficiales y suboficiales). Yo no tengo a nadie”. Y se quedó durante horas resistiendo él solo con su metralla el avance de los británicos. Y sobrevivió para contarlo
Aún hoy es reconocido como un héroe CON MAYÚSCULAS DE MALVINAS.
Los militares británicos filmaron la batalla. Fue a partir de ese video que las Fuerzas Armadas argentinas pudieron confirmar lo que Poltronieri les había contado a sus compañeros: que había enfrentado solo, con su metralleta, a un batallón de cientos de ingleses. Fue por esa actitud heroica que, meses después de la guerra, el ex conscripto obtuvo el mayor reconocimiento militar otorgado por la República Argentina: la Cruz de la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate. Fue el único soldado conscripto vivo en recibir esa condecoración.
Hubo necedades y conflictos. Dicen que llegaron a castigar con estaqueo a soldados por pedir comida.
Una de las voces más serias es la de Nicolás Kasanzew. Sus reportes y sus testimonios posteriores constituyen la memoria viva de una guerra no deseada por nadie. Si alguien quiere saber algo de Malvinas que busque los testimonios de Kasanzew.
Malvinas no pasó al olvido.
Sigue en el testimonio firme de aquellos que fueron al frente. Que volvieron y más aún en los que dejaron sus huesos en esa tierra yerma y helada o en las frías aguas del Atlánticos. Ellos nunca serán parte del olvido sino de la memoria de una nación.
No importa que se recuperen las islas. La descolonización no corre (aparentemente) para este caso (si no, preguntar a España por Gibraltar). Lo que importa es el reconocimiento a los valientes (tanto colimbas como militares serios) que encararon el conflicto como se debía. Y los hubo. Que hubo otros cobardes como Astiz es otra historia. Nuestros héroes estarán siempre en nuestros corazones.
Ciro y Los Persas cantan:
Te sacaron de lo hondo de la selva
o de algún potrero ingenuo y olvidado
te sacaron de tu casa y sin abrigo
te largaron en el viento sur helado.
Te entregaron armas que no conocías
que con suerte cada tanto funcionaban
en un hoyo que cavaste repetías
las canciones que creías olvidadas.
No sabías que era sentirte tan lejano
ni que el hambre se comiera tus entrañas
solo estaba la mirada de un hermano
con la misma incertidumbre en la mirada.
Y por siempre serán héroes, por siempre serán héroes
por siempre nuestros héroes de Malvinas.
Y por siempre serán héroes, por siempre serán héroes
por siempre nuestros héroes de Malvinas.
Una muestra en Relatos
La Municipalidad de Posadas inauguró la exposición “Relatos de Malvinas”, con una selección de registros del Archivo de la Agencia Nacional de Noticias Télam. Puede visitarse en el Espacio Multicultural La Costanera hasta el 30 de abril.
La apertura de la exposición ofrece la oportunidad de explorar los registros del archivo de la Agencia Télam. La exhibición está montada en el Espacio Multicultural La Costanera, con visitas en los horarios de 08:00 a 12:00 y de 16:00 a 21:00, dirigida tanto al público en general como a instituciones educativas, con entrada libre. Para cualquier consulta, deben contactar al 3764106103.
Esta experiencia fusiona diversas propuestas desarrolladas por el Parque del Conocimiento, las cuales están relacionadas con el material fotográfico de archivo proporcionado, basado en el documental “Malvinas y los medios de la guerra”.
La exhibición incluye fotografías inéditas que complementan perfectamente el film, así como portadas de diarios de la época provenientes del archivo histórico de la Biblioteca del Museo Regional Aníbal Cambas.
La muestra surge como un tributo emotivo a uno de los capítulos más importantes de la historia argentina: la Gesta de Malvinas. A través del material recopilado, esta exposición ofrece una perspectiva única sobre los eventos que marcaron a toda una nación. Invitan a reflexionar sobre el impacto humano y el significado histórico de aquellos sucesos, mientras se rinde homenaje al sacrificio y la valentía de quienes estuvieron involucrados.
Y el misionero héroe que tenía sus cartas de amor en el bolsillo cuando murió.