Muchas marcas vieron que el descenso en la demanda es brutal. Y las segundas y terceras marcas van ganando lugares a paso muy rápido.
“Sabés qué pasa -decía un comerciante de autoservicio- tengo una Manaos a 1200 pesos y la Coca viene y quiere que vendamos a 3000 pesos… ¿vos qué crees que llevará el consumidor? No hay que ser muy listo, ¿no?”
En épocas de ajuste y “no hay plata” (según la frase acuñada por el mismísimo Presidente) con muy poca emisión de billetes y crecimiento brutal en el precio de los servicios, el consumo de bienes (en especial, alimentos) toma caminos alternativos. Las primeras marcas caen.
Así lo refirió el sitio iProfesional y tiene que ver con el ejemplo dado: “Una de las marcas más icónicas del capitalismo tuvo que adaptarse a la nueva realidad del mercado argentino y, pese a resistirse durante más de dos meses, finalmente tuvo que rebajar sus precios para evitar que el producto llegue a la fecha de vencimiento estancado en las góndolas”.
En grandes superficies comerciales de Posadas se ven ofertas de todo tipo. Hasta -justamente- aquellas que tienen esa condición. “Producto rebajado al 50% por cercanía de vencimiento”. Así la gente que compra sabe que no podrá tener por mucho tiempo.
Según Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, los pioneros fueron los supermercados chinos: “Con un cartel de forma precaria suelen avisarle a los compradores que está por vencerse ese producto y por eso el precio es más barato…”.
La Coca no dejó de subir. Pero hoy si el distribuidor pide al comerciante que cobre 3000 pesos viene el consumidor y lleva Manaos sin problemas
Pero no lo es todo: hay algunas líneas que se resisten y continúan aumentando. Tal el caso de lácteos. La Serenísima subió en abril un 5% pese a su disminución en las ventas. A la caída de la demanda de lácteos en general, se da un corrimiento agregado: aparecen las segundas y terceras marcas que compiten. “¿Alguien conoce la manteca La Tonadita?”, preguntaba una consumidora en Twitter. “Porque fui al super y las otras eras incomprables”.
Por lo pronto, sin querer admitir la derrota total, Coca Cola lanzó en los últimos días una nueva política de ventas que incluye rebajas entre 15% y 25%, que ya comienza a verse reflejado en los estantes. La propuesta también incluye a sus otras marcas Fanta y Sprite. O sea, no en su marca principal sino en las otras dos que la acompañan.
“Se les estaban pudriendo en las góndolas”, señaló el presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires, Fernando Savore.
Otra de las formas: como algunos productos se le estaban por dejar de estar vendibles aparecen ofertas de hasta 50% por pronto vencimiento
En esta línea, Savore también reveló que finalmente Arcor se sumó a la tónica de baja de precios con promociones que fuerzan descuentos promedio de 20%, según los productos.
En el caso del azúcar, el valor llegó a orillar los 1300 pesos en su punto álgido. Ahora el costo mayorista (lo que pagan los comerciantes) está en 900 y en góndola a 1000 ó 1100 pesos.
En el arroz, ocurrió otro tanto. De los 1700 pesos que estaba a inicios del año, saltó a casi el doble y no se conseguía a menos de 3000 pesos. SIn embargo, inició un retroceso por caída de la demanda: hoy ya está el grano largo fino a 2000 pesos.
Lo mismo ocurrió con el aceite: mientras algunos comercios insisten en valores muy altos, dos grandes superficies en Posadas ofrecen el aceite de girasol de 1,5 litros a 1900/2000 pesos. Un ofertón.
Dicen que ya retracción de precios. Y es claro:el estrangulamiento llegó por el lado de la no emisión y menor suba de salarios así como el aumento desmesurado de los servicios (ahora desregulados). EL consumidor argentino conoce de estos avatares.
Habrá que ver si la inflación finalmente termina bajando a niveles de un dígito y menores al 2% mensual. es de esperar