La comparación es con los supermercados que se resisten a bajar los precios. Lita de Lázzari fue una ama de casa que hace tres décadas recorría todos los negocios para buscar las ofertas: aparecía en la tele y daba consejos. Hoy, el fenómeno se repite. Hay que buscar las mayores conveniencias para el bolsillo
En la Argentina, las grandes cadenas de distribución mayorista comenzaron a sentir el impacto de la llegada de los hipermercados a las grandes ciudades. El primer paso que hicieron fue extenderse al interior. Y así en las grandes (y no tanto) ciudades empezaron a abrir estas cadenas de mayoristas. El paso siguiente fue conseguir que se pudiera vender casi como un minorista.
De hecho, hasta hace un par de lustros, para ir a un distribuidor o mayorista había que tener una habilitación especial o el número de cliente de un almacenero o dueño de autoservicio. Pero al final, lo lograron: pueden vender como un minorista. Así, se ven escenas bastantes insólitas. Se ingresa a una de estas grandes superficies comerciales donde los sampis (esos vehículos autoelevadores que llevan grandes cargas para acomodar) se mueven de aquí para allá: y de repente un cliente que encontró una “oferta” para un negocio pequeño de diez paquetes de azúcar a un muy buen precio, rompe la bolsa, saca UN paquete de un kilo y deja los otros nueve. Eso antes, no se podía. Ahora, sí.
Naturalmente, esa autorización trajo las quejas de las cámaras de comercio minorista. Lo consideraban una competencia desleal. “Correspondía que se le aplique la Ley de Grandes Superficies Comerciales pero para evitar ese procedimiento y que se les aplique esa ley, ellos desistieron por nota de la venta minorista. La Dirección de Comercio Interior, con un criterio que no compartimos porque entendíamos que igualmente se debía haber aplicado la ley, le otorgó la viabilidad al proyecto sin la aplicación de la misma”, sostuvieron.
Ese es el contexto. Las ventas caen. Supermercados, cadenas de hipermercados, comercios de cercanía como despensas y autoservicios, todo con menos ventas.
Menos un sector: los mayoristas.
En el primero trimestre de 2024, registraron una mejora de 2,6 por ciento. Pequeña. Humilde, pero que contrasta con la caída de las competidoras.
Inflación en el primer cuatrimestre 2024
En porcentaje
No hay secretos. Reciben los productos de la industria a menores precios. Pero en muchos casos, y desde hace cuatro meses viene detectándose que el comercio minorista no traslada todas las rebajas de la industria (y que se refleja en el índice de precios mayorista).
Para hacerlo ejemplificado: el IPC (índice de Precios al consumidor) que mide la inflación
Y así la gente se trasladó para hacer sus compras en los mayoristas
El ‘efecto Lita’, señores.
Yendo a los precios, específicamente un informe de Natalia González en iProfesional dio cuenta de precios hasta un 50% más baratos.
“A partir de un relevamiento de AC Nielsen se observó “mucho más peso de un consumidor final yendo de comprar a este tipo de superficies” de comercio mayorista.
En el 71% de los productos de la categoría alimentos se registró un crecimiento de la participación consumidor final y en el 53% de las familias de productos creció el volumen de venta al consumidor final.
Así,
Un relevamiento realizado por iProfesional entre mayoristas y cadenas de supermercados sobre siete productos de primera necesidad, de primeras marcas, arrojó diferencias de precio que van de 8% a 50%.
El aceite de girasol de 900 ml de primera marca se consigue a $1.199 en mayoristas y asciende a $1.700 en supermercados, con una diferencia de 34,5%; la yerba más comprada, en paquete de 1 kilo, cuesta $3.360 en mayoristas y se exhibe a $4.865 en los supermercados, con una diferencia de 36,6%; y la harina 000 de 1 kilo, de primera marca, cuesta $ 529 en el mayorista frente a $ 800 en los supermercados, un 40% más.
Asimismo, el arroz de primera marca en paquete de 1 kilo está $ 2.711 en mayoristas y $ 3.400 en supermercados, con una diferencia de 22%; y el champú de precio promedio de 400 ml va de $ 3800 en el mayorista a $ 4.865 en supermercados, un 24,% más.
La menor diferencia se da en productos frescos: la leche fluida de 1 litro, de primera marca, cuesta $1.259 en mayorista y $1.362 en supermercados, diferencia de 8%.