En San Antonio se da una circunstancia especial: un sacerdote viejo, enfermo que es querido por todos. Y viene la orden “de arriba” que indica su traspaso a un lugar nuevo y lleno de desafíos
El padre Carmelo Di Pietro recibió la orden de traslado. Algo habitual en la Iglesia católica. Los sacerdotes, en general, hacen voto de obediencia: a donde los envían, deben ir. Pero este es un caso particular: el caso del párroco de San Antonio movilizó a toda la comunidad debido a los problemas de salud que enfrenta (cáncer hepático, pérdida de un riñón) sumado a su avanzada edad. Y los mismos fieles de la comunidad afirman que el religioso está muy bien cuidado y contenido en ese lugar. Y no dejan de destacar su excelente trabajo pastoral que viene realizando desde hace años, en los que se ganó la admiración, el cariño y el respeto de toda su comunidad que hoy pide por su párroco.
La orden del traslado del Padre Carmelo Di Pietro llegó en los últimos días desde la Diócesis de Puerto Iguazú a cargo del Obispo Monseñor Nicolás Baisi y el nuevo destino de Di Pietro sería la comunidad de Pozo Azul y eso es lo que preocupa a la comunidad de San Antonio, ya que el sacerdote, más allá de la experiencia, vocación y la voluntad que le ponga, tiene que arrancar de cero en una comunidad que no conoce y sin contar con toda la gente que lo asiste, contiene y está pendiente de los cuidados de su salud.
El Padre Carmelo Di Pietro llego a San Antonio a principios de 2012 y en 2017 lo destinaron a Eldorado, donde estuvo por seis meses, pero la demanda lo hizo retornar a San Antonio, donde actualmente además de ser el responsable de la Parroquia San Antonio de Padua, atiende 25 capillas y para toda la comunidad es tenido en cuenta como un verdadero líder religioso y social. Así se ganó el cariño de su comunidad y también de las autoridades de todos las instituciones como así también de los demás líderes religiosos de otras congregaciones religiosas con quienes supo hacer amistad e interactuar y quienes también lamentan su partida de la comunidad.
Actualmente el Padre Di Pietro de 62 años padece un cáncer hepático irreversible sumado a que desde hace años perdió un riñón y el otro sufrió varias cirugías, más un accidente de tránsito que le llevó mucho tiempos en recuperarse, pero no dejo de atender sus obligaciones religiosas.
Así, por ejemplo, durante dos años realizó la misa y demás actividades en silla de ruedas, siempre con la colaboración de su comunidad que nunca lo deja solo porque lo considera parte fundamental de la sociedad y de alguna manera quiere devolver algo de lo recibido por parte del sacerdote, además médicos y enfermeras del hospital local están muy pendientes de los requerimientos médicos por más que el religioso no se queje o pida ayuda, ellos siempre están.
Así se lo hicieron saber mediante una nota formal con la firma de diferentes sectores de la comunidad y el propio intendente local e incluso también lo hicieron en persona algunos representantes de la comunidad de San Antonio, donde pidieron a Monseñor Baisi que reconsidere el traslado del párroco, pero según lo manifestado por los vecinos la decisión parece ser irreversible.
Testimonios
Ante esta situación Crónicas del Norte dialogó con algunos integrantes de la comunidad, en la ocasión, Miguel Chávez, integrante del Consejo Económico de la Parroquia, manifestó: “Hace mucho tiempo que estamos trabajando con el padre Carmelo, tenemos un amplio conocimiento con él y la verdad que estamos preocupados por su traslado, más que nada por su estado de salud, creemos que es una persona que si bien tiene amplia capacidad de trabajar en cualquier comunidad, pero no para que lo manden a Pozo Azul, una comunidad nueva para él y donde prácticamente tiene que arrancar de cero y el campo de trabajo es muy amplio y en muchos casos de difícil acceso. El Padre es una persona mayor y enferma, no entendemos la decisión del Padre Obispo”.
En el mismo sentido, Rita Sanabria, catequista, comentó: “Es impresionante el trabajo pastoral que hace el Padre Carmelo; él recorre las colonias, atrajo y unió mucho las familias a la comunidad, el compromiso que él tiene con la comunidad, con la familia es impresionante, por eso queremos mantenerlo acá, porque el Padre es una persona mayor con problemas de salud y la comunidad conoce su trabajo y compromiso, y lo asistimos y cuidamos, por eso queremos que se quede acá en esta comunidad”.
Mauro Rambo, comerciante, agregó: “Nuestra preocupación principal es la salud del Padre. Acá él cuenta con mucha ayuda, una estructura que lo acompaña y está contenido permanentemente, tanto con sus problemas de salud como en el trabajo cotidiano, y por eso también el pedido que hacemos y lo que queremos nosotros es que él no se vaya de nuestra comunidad”.
Marcos Oleñuk, ministro de la Eucaristía, manifestó: “Estoy a cargo de la comunidad del barrio Primero de Mayo, ya que con el Padre se pudieron abrir dos nuevas capillas dentro de la zona urbana del pueblo y bueno, yo las veces que el Padre me solicita hago la celebración de la palabra en mi capilla y muchas veces también lo hice en la parroquia ya que el Padre por ahí por sus problemas de salud tenía que viajar, porque se pidió a la Diócesis que enviaran a otro sacerdote para colaborar con el Padre Carmelo, pero no tuvimos respuestas. Entonces hoy nos sorprende la decisión del Obispado, que lo quiere mandar a un lugar que por ahí al Padre Carmelo le va a costar mucho llevar adelante su trabajo por todo lo que ya explicaron los demás integrantes de la comunidad”.
Colaboración Fabián Acosta / Crónicas del Norte