Se llama Antonio Oliveira y es oriundo de Puerto Iguazú. La calidad de sus obras (en especial, murales gigantes) trasciende fronteras y la calidad de su estilo cargado de realismo impactan al espectador
Sí, ahí está cerquita de la Costanera de Posadas una de sus últimas realizaciones. Es un pequeño gato onza, “pequeño” es una proporción para una pared gigante. Sus grandes ojos resaltan mientras asoma entre las hojas de güembé y junto a él se destacan un ejemplar de “vaquita de San Antonio” y una rana de ojos colorados saltones que se puede apreciar en el cruce de las calles Pedernera y Alfonso de Arrechea.
El mural es una expresión de arte urbano y un homenaje visual a la rica biodiversidad de la selva misionera. Con un enfoque en animales autóctonos y flora característica de la región, la obra captura la esencia de estos entornos naturales que son tan distintivos del pulmón verde del país.
Hay distintos estilos para plasmar las obras en grandes lienzos de ladrillo, cemento y pintura a la cal. Algunos recurren al humor; otros, al surrealismo, al arte abstracto, al arte pop (Andy Warhol y su famosa lengua de los Rolling Stones es un ejemplo), otros al realismo y más acá y cerca de nuestro artista al hiper realismo.
Allí aparece Antonio Oliveira, más conocido como Tonnyc Graff, el que se destaca en un arte notable, callejero, global. Y de imágenes impactantes, claro está
No hay que confundir con las técnicas del graffiti y stencil art, que usan el mismo mural pero se hacen básicamente a partir de los esténciles (hojas perforadas con la imagen que se pinta con aerosoles). En muchos casos, con metodologías de “ataque guerrillero”, es decir, de incógnito y de una noche para otra y sin autorización de los dueños de los muros.
Ahí viene TonnyC. Oriundo de Puerto Iguazú, trabaja desde hace un tiempo con la colaboración de la Secretaría de Movilidad Urbana de Posadas, entre otras entidades públicas y privadas, para renovar las fachadas de los muros posadeños con impresionantes figuras realistas y surrealistas.
“Últimamente vengo pintando con mucho color y necesitaba salir a pintar algo que me guste y hacerlo de una manera diferente, así que elegí esta paleta de colores. Además, trabajo hace tiempo con la temática de mujeres con el cabello volando por el viento, por lo que cada vez que puedo salir a pintar para mí ser, trato de meter alguna temática que me represente y que me guste”, relató el artista en la entrevista con Canal12misiones.com.
En el centro de la composición se destaca el imponente rostro de un gato onza, una especie emblemática de la región. A su lado, una rana y más a un costado sobre otra pared, un yacaré, representantes notorios de la fauna litoraleña, completan el cuadro junto con una exuberante variedad de plantas y árboles que caracterizan el ambiente nocturno de la selva.
Con su estratégica ubicación cerca de la Costanera, el mural “Luces de la Selva” se convierte en un nuevo punto de interés turístico. Así, atrae a residentes y turistas por igual para admirar esta representación artística de la biodiversidad regional.
Tonnyc explicó que, más allá de la interpretación que le quiera dar el público a su obra, él por su parte, solo busca distenderse y divertirse con los murales por lo que no cuentan con un significado único.
Esto es parte de la naturaleza de la comunicación en el arte: una parte pertenece a quien realiza la obra. Pero otra buena parte pertenece a quien la recibe, la admira (o no) y la hace suya y cómo lo hace.
“Vivo de esto, tengo trabajo y varios encargos, pero en específico este mural solo lo hago por puro gusto”, afirmó TonnyC.
Se denomina Luces de la selva y apunta a eso: a poner en destaque elementos del monte misionero tanto en su fauna como en su vegetación.
TonnyC defiende el arte urbano porque considera que así se vuelve accesible para todos, para que cada paseante de la ciudad pueda disfrutar, al menos unos segundos, de una buena representación mientras transita hacia el trabajo o la escuela (o pasea simplemente) Desde pequeño siempre dibujó, pintó y hasta intervino su propia habitación.
Quizá para el final, la reflexión de por qué se dedicó a esta forma de arte (que en definitiva, además, le da de comer).
A Tonnyc le parece una de las pocas formas que hay para despertar a los jóvenes, incluso a grandes que nunca vieron algo por el estilo. “Veía la reacción de los chicos donde estamos haciendo el mural, hay una cancha de básquet y salen a andar en bici, quedan sorprendidos. Así que de cien, uno o dos voy a despertar”.
También considera la importancia de que transforme el cotidiano de las personas que lo observan, aunque sea por unos cuantos segundos mientras pasa de camino al trabajo o al colegio.
