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viernes, noviembre 22, 2024

La guía Claudia Bogarín: Temporada muy cargada

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Es una de las guías más experimentadas en San Ignacio y conoce a fondo la historia de las misiones como del movimiento de los visitantes que aparecen por allí año tras año. Gente de todos los lugares del mundo se llegan para conocer qué fue la misión San Ignacio Miní

Con sus compañeras de trabajo

“Soy guía de las ruinas de San Ignacio. Puedo pasar fotos de las ruinas con sus visitantes para que las compartas. “Estamos en una temporada sumamente cargada de visitantes que da lugar y beneficia a los comerciantes .restaurante .como el paseo de los artesanos que es bueno difundir”.

Así con sencillez, se presenta la posadeña Claudia Bogarín que ya a los cuatro años se mudó con su familia a San Ignacio y nunca más la dejó. Como Horacio Quiroga reivindica y pone en relieve el trabajo de que San Ignacio Miní sea hoy en día una de las reducciones más visitadas de los 30 pueblos guaraníes existentes y cómo la gente queda fascinada.

“Soy guía idónea de la Reducción de San Ignacio Miní hace ya 30 años. Ingresé al grupo de guías cuando el Gobierno provincial por primera vez en el 91 nos habían dado la posibilidad de formar parte del equipo si teníamos años en relación con el turismo. Entonces, a partir de allí, que una previa evaluación, logré que me dieran mi matrícula como guía, la cual estoy dentro del colegio hoy cumpliendo”

Allí están los guiías prestos para enseñar la historia de hace varios siglos atrás (XVII y XVIII). “Si bien la historia de los jesuitas en América, en un primer momento podemos ver el enfrentamiento para evitar la esclavitud del guaraní… Y con relación a lo que fue esta cultura que si bien ya estaba organizada, pero bueno, con el paso del tiempo, el trabajo en común, en conjunto, y llevaron una vida totalmente comunitaria, e hizo que los pueblos pudieran forjarse y llegaran a ser lo que fueron, pueblos ricos, que se autoabastecían, con una organización tan clara, donde en tan pequeño espacio producían de todo, sabían aprovechar el espacio, el tiempo”, resume en pocas palabras la experiencia jesuita en América del Sur.

“Vemos después lo que fue la ambición por las riquezas, que motiva la expulsión de jesuitas del lugar, y se produce de esta manera la decadencia, y la posterior destrucción, que eso hace a que hoy se conserven tan solamente vestigios”.

Aquí es donde entra su reconocimiento a Quiroga. “Y si hablamos de su conservación, podemos relacionarlo al escritor Horacio Quiroga, quien gracias a él, fue redescubierto en 1903, quien venía haciendo un trabajo de investigación, mientras acompañaba al escritor argentino, Leopoldo Lugones. Y gracias a su camarita (de fotos), hoy puede ser un lugar muy importante, para reconocerlo a él como la principal persona que logra que esto hoy pueda ser mostrado al mundo, y también su casa, que hoy es visitada por gente de todo el mundo acá en las cercanías”.

Cuando Horacio Quiroga y Leopoldo Lugones llegaron en 1903 la selva se “comía” las ruinas

Así el visitante va tomando idea de qué pasó y cómo se dio el proceso de las reducciones. “Y lo que podemos contar al visitante son las distintas etapas que vivió el guaraní de un principio; la relación de ellos con su hábitat, la selva, la llegada del conquistador, el sometimiento, más tarde la evangelización a través de la compañía de Jesús que fue encabezado por sacerdotes jesuitas pertenecientes a la compañía de Jesús fundado por San Ignacio de Loyola y la posterior expulsión de los mismos del lugar producto de un factor político y económico del momento. Así sobrevino la destrucción total que va a venir más tarde y del por qué hoy lo que se trata de conservar piedra sobre piedra”.

En estos días, el movimiento no cesa. “Y la temporada hoy comparada a las anteriores, en este momento podemos decir que tenemos muchos visitantes, más visitantes que vienen por cuenta propia, por sus propios medios, y vemos el interés que tienen al recorrer y hacer cada circuito en el lugar.. Porque la verdad que después lo que fue la pandemia, que estuvo demasiado tranquilo, la verdad que hoy podemos destacar lo que es el accionar desde el área de Turismo, el Gobierno comprometido a esta provincia tan bella que tenemos, que Dios nos ha dotado con tanta belleza y hoy puede ser recorrido por gente de todo el mundo, la verdad que está siendo un éxito”.

Acerca del origen de los turistas, señaló: “Y lo que era la distribución de los países, podemos hablar de que llegan visitantes de todo el mundo. Así de sencillo: también incide el receso invernal y qué provincia está en este momento. Al ser reconocido Patrimonio Mundial las visitas nunca cesan”.

Claudia Bogarín ama su trabajo y trata de profundizar en el conocimiento de lo que está hablando ante la gente. “Siempre me gustó la Historia y desde que comencé mi trabajo en este lugar me dediqué exclusivo a leer, a investigar todo lo que se relaciona con el guaraní, el origen y todas las distintas etapas que él tuvo que pasar. Que es algo muy importante porque apreciamos que le dieron cuando se organizaron y si hoy pudiéramos copiar tan solamente el 5% o el 10% de lo que fue esta organización, hoy la vida sería otra totalmente”, enfatizó al destacar la organización jesuita en las reducciones.

Sí, con los mexicanos la ha pasado muy bien. Ellos escriben en el Instagram de Claudia. “Hoy estuvimos haciendo contigo el recorrido por las #ruinasdesanignacio y queremos felicitarte por compartir tus conocimientos y amor por nuestra cultura. No te importó pasarte del horario, preferiste responder todas las consultas del enorme grupo que te seguía”. 

Con los visitantes de México y su pasión por compartir San Ignacio Miní

Ahí va Claudia con visitantes oriundos de México. Ellos que tienen sus propios vestigios aztecas y mayas quedan asombrados de lo hecho aquí entre jesuitas y guaraníes. “Los mexicanos quedaron maravillados por esta obra majestuosa. Y los que nos visitaron de los Estados Unidos estaban también sorprendidos porque no pueden creer esta obra de tan gran magnitud estaba sentado en esta región. Sorprendidos totalmente”

Sí, han venido visitantes desde Texas (en el sur de Estados Unidos.

Con los amigos de Texas

“Esto es así porque si hablamos del periodo jesuítico en las reducciones, se habla de reservorios de agua: se la juntaba de las lluvia en piletones reservorios para beber (se la conservaba en aljibes) y también para la agricultura y es eso lo que se puede ver en las otras ruinas, o sea no solamente San Ignacio sino también Loreto y Santa Ana que ya fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1984”.

Así, Claudia recibe a los visitantes y primero la muestra en el museo y luego el recorrido a cielo abierto. “Y los visitantes quedan maravillados, están muy maravillados, porque vemos que hoy es notar que realmente la historia forma un lugar muy importante, porque lo podemos ver aún en los niños, como muestran el interés en las preguntas que realizan a medida que vamos haciendo el circuito en el predio.

Visitantes de Dubai, presentes en San Ignacio Miní

Su relato además aporta datos insólitos: los jesuitas creaban sus “refrigeradores” de alimentos y sistemas de reciclado hace tres siglos. “En el tiempo de las misiones, nada se perdía, todo se transformaba. Por ejemplo, todo lo del baño, que para ese entonces contaban con un sistema de cloacas, utilizado por el agua que corría era de una vertiente, los desechos iban todos a un piletón y de allí era utilizado para la huerta: el excremento se transformaba en abono. Y, todo purificado, ir al sector de huerta, y hoy nosotros estamos hablando de las huertas orgánicas, es para comparar. Si hablamos hoy de ir a visitar un comedor o ir a cenar afuera, por así decirlo, o almorzar afuera, todavía en algunos lugares existen los famosos pasaplatos. En aquel momento, 300 años atrás, ya tenían el famoso pasaplato, como yo le digo, no en grandes dimensiones, pero sí lo tenían”.

Y agrega: “De igual modo, el lugar donde refrigerar los alimentos era el sótano, pero para eso ellos tenían una ventanita que miraba hacia el sur, que era por donde predominaba o llegaba el viento frío, y de esta manera ingresaba al sótano y refrigeraba los alimentos las 24 horas. Así que, esas son cosas que al visitante le sorprende totalmente comparando a lo que es hoy en la actualidad. Entonces, ellos mismos se hacen la pregunta, ¿en qué nos adelantamos? ¿En qué crecimos? ¿Nos quedamos en el tiempo? En fin, pero la mayoría opina que nos quedamos en el tiempo”.

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