Se trata del Investment Grade, una vieja aspiración argentina. Significa básicamente que el país ofrece altas garantías para el que desee invertir allí. Y que conseguirá los préstamos internacionales a las tasas más bajas del mundo. La calificadora de riesgo Moody’s otorgó a Paraguay el anhelado grado de inversión.
La agencia internacional Moody’s elevó la calificación de Paraguay al investment grade (grado de inversión), que facilita el acceso al crédito con mejores condiciones de tasas de interés y una mayor amplitud en los plazos. Esta mejora alcanza tanto al gobierno como a las compañías privadas que tengan el volumen suficiente.
“La mejora de la calificación de Paraguay refleja una combinación de factores, que incluye un crecimiento económico robusto y sostenido y muestras de que la economía se ha vuelto más resistente a los choques”, dijo Moody’s en un comunicado.
Las buenas noticias para Paraguay habían comenzado en febrero, cuando Standard & Poor’s elevó de “BB” a “BB+ con perspectiva estable” la calificación del país sudamericano, un escalón por debajo del grado de inversión.
Las agencias de calificación crediticia citadas tienen la tarea de evaluar los activos financieros, empresas y Estados para determinar su riesgo de quiebra o insolvencia. Estos análisis exhaustivos de cuentas y balances ayudan a los inversores a tomar decisiones informadas sobre dónde colocar su capital.
El presidente, Santiago Peña, anunció este logro como un fruto de décadas de esfuerzo y dedicación para transformar la economía paraguaya.
El propio ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos, hizo el anuncio oficial.
El propio presidente Javier Milei felicitó a su par guaraní.“Felicitaciones por este logro tan importante para todo el pueblo paraguayo, ya que redundará en una baja de la tasa de interés y ello permitirá mayor capitalización, productividad y salarios reales. Un gran abrazo, JM”, escribió el mandatario libertario mientras se hallaba de regreso a Argentina luego de su paso por Francia.
En la vida diaria no cambiará mucho: la concentración de riqueza sigue en el país y la gente de a pie seguirá cruzando el río para atenderse en hospitales del otro lado de la frontera
Hay que decirlo todo: Argentina aspiró en su época (finales del mandato de Carlos Menem y llegada del gobierno de la Alianza) al investment grade. De hecho, las asociaciones de bancos hicieron en Buenos Aires una gran cumbre para tratar de impulsar esta idea. Fue en el año 2000. La convertibilidad ya se habría transformado en un salvavidas de plomo y la economía argentina se iba a pique. Y también hay que decirlo todo con Paraguay: la economía puede mostrar signos “fuertes y saludables” desde las planillas Excel pero en la vida diaria su gente de a pie no la pasa bien: deben rebuscarse en lo que pueden en un país con alta concentración de la riqueza y enfermos de que deben cruzar el río para atenderse en hospitales argentinos.