La mayor inversión privada del país (unos 30 mil millones de dólares) será para desarrollar un polo productivo energético en la ignota Punta Colorada sobre el mar Argentino en la provincia rionegrina. Descartaron así la otra opción que era Bahía Blanca
A pesar de que se había especulado en que el anuncio sobre la mayor inversión en Argentina se haría recién durante agosto, el último día de julio trajo la novedad: la unión de las firmas YPF y Petronas anunció que la instalación de la gran planta gasificadora en un puerto se hará en Punta Colorada, una -hasta ahora- ignota región de Río Negro junto al mar Argentino (y por ende, al océano Atlántico). Y con ello, quedaba descartada la otra opción -que en los papeles partía como mejor posicionada- como es Bahía Blanca que posee un puerto de aguas profundas, buena infraestructura y una industria petroquímica altamente desarrollada.
Nada de eso importó: el consorcio entre la firma petrolera argentina y el gigante malasio de Petronas optó por Punta Colorada
Como puede apreciarse en la imagen, aún se trata de una zona desolada a orillas del mar. Habrá que hacer todo.
Los bonaerenses están que trinan. En especial con Axel Kicillof, el gobernador kirchnerista enfrentado con el presidente Javier Milei en cuestiones ideológicas.
“¿Cómo vamos a llevar a Bahía Blanca la planta gasificadora -se preguntaba Milei- si allí está Kicillof, un expropiador serial…?”
Su referencia era a la acción que llevara cuando era titular de Economía en el segundo mandato de Cristina Kirchner (2011-2015) y expropiara YPF a los españoles. De esas acciones, tras la demanda en cortes estadounidenses, la Argentina perdió un juicio donde deberá abonar unos 16 mil millones de dólares.
Pero hay más: para llevar adelante este tipo de iniciativas, el Gobierno promovió el Régimen de Incentivos de Grandes Inversiones (RIGI). En el caso de la otra interesada, la provincia de Río Negro, adhirió al instante tras sancionarse la norma. Buenos Aires con Kicillof a la cabeza dio vueltas y vueltas.
¿Resultado? La provincia gobernada por Alberto Weretilneck resulta la gran ganadora de la contienda.
Vaca Muerta es la gran jugada energética del país: posee yacimientos en las desiertas y ventosas llanuras de Neuquén equivalentes a 16 mil millones de barriles de petróleo y 308 billones de pies cúbicos de gas (ver gráfico). No es sencillo acceder a los mismos porque están mezclados con arenisca y agua. Pero una vez separados, constituyen un gran recurso que Argentina buscará exportar.
Se los denomina en inglés “shale” y en castellano, “de esquistos” o también petróleo no convencional.
Los (optimistas) cálculos estiman que para inicios de la próxima década pueden estar ingresando al país unos 30 millones de dólares anuales por la venta de gas licuado: sí, el gas viaja en gasoductos hasta el puerto. Y allí unas poderosas máquinas lo transforman en líquido (se achica 600 veces su volumen) y en un solo barco se puede enviar el equivalente a cientos y miles de garrafas de gas al mundo.
Alguna vez, en los años 80, Raúl Alfonsín soñó llevar la capital argentina al Sur (Viedma). De alguna manera esta decisión trasladará mucha actividad hacia esa región despoblada del país.
Así, el megaproyecto que demandará una inversión de entre 30.000 y 50.000 millones de dólares, implica en primera instancia el tendido de un nuevo gasoducto, desde el corazón de Vaca Muerta, en Neuquén, hasta la costa rionegrina.
Ese primer gasoducto tendrá dimensiones superiores al Gasoducto Néstor Kirchner (GPNK), dado que el objetivo es que pueda transportar hasta 30 millones de metros cúbicos por día de gas desde Vaca Muerta a Punta Colorada.
Allí, la línea alimentará al primer buque regasificador, que tendrá a su cargo licuar dicho gas para poder exportarlo, previéndose las primeras exportaciones en 2027.
Esto se debe a que el proyecto es escalable, es decir que irá por etapas de menor a mayor, y recién hacia el 2031 se espera que entre en funcionamiento la planta terrestre para licuar gas, cuando ya el complejo debería contar con tres gasoductos que aporten hasta 120 millones de metros cúbicos de gas por día, un valor que supera a la totalidad del gas que se produce desde Neuquén en la actualidad.
