Ricardo Clarke era de Trelew en el sur argentino. Hizo sus vacaciones en Palma de Mallorca y conoció a una rubísima noruega. Se casaron y se fueron al país de ella. Él trabaja en el rubro de ventas textiles y ahora lo premian. Dice -simplemente- que trajo todo el conocimiento de su país y lo aplica en Escandinavia
Ricardo Clarke era de una colonia galesa en el sur argentino. Y su aspecto no lo desdecía. A mediados de los 80 se tomó unas vacaciones en Palma de Mallorca, esas bellísimas islas frente a España en el Mediterráneo. Y allí conoció a Merete. La pasaron muy bien. Ella estudiaba en París. Cuando él iba a volver, la visitó en la ciudad de las luces. La relación había empezado.
En esos años el amor tenía que ser paciente como lo cuenta el Cartero de Neruda, esa maravillosa novela de Antonio Skármeta. Y así, la única forma que tenían de comunicarse era por correspondencia, cartas escritas a mano y en papel livianito porque se cobraban por el peso que tenían y que tardaban a veces semanas en llegar. Se enviaron unas pocas cartas y se reencontraron al año siguiente en España, donde decidieron empezar una vida juntos. Ambos viajaron a sus casas y comunicaron la noticia a sus familias. Teniendo tantos amigos, para él fue simple encontrar trabajo en España, ingresó a Estée Lauder, empresa de cosmética y perfumería internacional. Ella regresó de Noruega con un trabajo en una empresa de turismo con sede en Palma de Mallorca. Así comenzó su nueva vida lejos de casa.
Hoy Ricardo Clarke es famoso. En tiempos de economía dura en la Argentina, este chubutense, nacido en Puerto Madryn y criado en Trelew, fue noticia en un diario local (de Noruega, claro està), el Avisa Nordland porque su tienda de ropa masculina, Clarke’s duplicó las ventas desde su mudanza a un centro comercial de esa ciudad, el Shopping City Nord, de la ciudad costera de Bodo.
Y mucho de este logro se lo deben a Clarke y su forma de trabajar.
Según el Textil Forum de Noruega, Clarke’s ocupó en 2022 el puesto 14 como la tienda textil independiente más rentable de Noruega con un margen margen operativo del 19,2%.
Pero volviendo hacia atrás, una vez casado con Merete decidieron volver al lugar natal de ella.
“Llegué a Noruega, un país totalmente distinto, de cultura diferente, de climas diferente. Le puse mucha fuerza, mucho empeño, porque yo dejé a mi familia, dejé mi tierra, dejé mis amigos de toda la vida, dejé un negocio funcionando con el que siempre nos iba muy bien. Y de repente, aparecí en Noruega en invierno, con frío pero con mucha fuerza”, cuenta el hombre que no hablaba una palabra de noruego y se comunicaba en inglés. “Ya era un hombre y me busqué la vida”, afirma.
De sus primeros pasos en el Hotel Paris en Puerto Madryn al éxito en Bodo, Noruega, tuvo un largo recorrido que hoy lo lleva a posicionarse y destacarse en ese país. Según el Textil Forum de Noruega, en 2022 los progresos de “Clarke’s como tienda independiente en mucho se deben a la impronta Clarke. En Noruega hay un total de casi 2.000 tiendas textiles independientes”, especifica el medio que llevó al comerciante a la portada, y acompañado de su joven socio Ådne Olaussen Torsvik.
Así, con la paciencia de la araña, Ricardo fue tejiendo su nueva vida. Su familia esta formada por su mujer Merete y llevan 37 años juntos, se casaron en Noruega y después en Trelew, sus hijos Alannah y Ferdinand y sus nietos Theodor 3 años y Oliver 10 meses.
En la entrevista le preguntan al argentino cuál es el “secreto para que le vaya tan bien en una industria textil tan competitiva y con tiendas independientes que no aguantan la competencia y deben cerrar”. Y Ricardo se remonta a su historia, su lugar de nacimiento: «Yo aprendí una filosofía muy importante cuando trabajaba en los negocios familiares en la ciudad de Trelew en Argentina y fue mi madre quien me dijo: ‘Enfócate siempre en el cliente, no pienses en la competencia’”, respondió.
Ricardo Clarke no sólo está en Noruega sino que se halla en el Círculo Polar Ártico. Sí, allí donde seis meses no hay luz y es oscuridad salvo desde las 10 de la mañana hasta las 2 de la tarde. Porque su ciudad está al norte del país.
Pero la gente sale y consume. Y allí está él, como pez (¿se puede decir bacalao?) en el agua
llevó al comerciante a la portada, vestido con un moderno saco a cuadros azules acompañado de su joven socio Ådne Olaussen Torsvik (30). En la entrevista le preguntan al argentino cuál es el “secreto para que le vaya tan bien en una industria textil tan competitiva y con tiendas independientes que no aguantan la competencia y deben cerrar”. Y el empresario se remonta a su historia, su lugar de nacimiento para darles una respuesta: «Yo aprendí una filosofía muy importante cuando trabajaba en los negocios familiares en la ciudad de Trelew en Argentina y fue mi madre quien me dijo: ‘Enfócate siempre en el cliente, no pienses en la competencia’”, respondió en el artículo.
A esa trayectoria impecable ha sumado otro logro. Sin haber terminado el secundario pero siempre con deseos de aprender Clarke fue ungido como Juez Lego.que tiene autoridad para resolver sin ser abogado y sin formación jurídica, quien junto al Juez letrado dicta resoluciones o sentencias. “Hace 20 años fui elegido juez Lego, que es un honor. Yo estoy sentado en el juzgado de la provincia. Esto es un honor. Una honra, porque solamente los ciudadanos de bien, de conducta intachable son elegidos. El Concejo Deliberante envía a la policía el nombre de los ciudadanos, independientemente de la actividad. La policía aprueba o no y los manda al Poder Judicial y éste lo aprueba o no y lo manda de vuelta al Concejo Deliberante”, precisa.
Y así se fue adaptando. tenía varios trabajos en simultáneo: en una empresa de limpieza, en un hotel, primero como lavacopas y después como camarero. Y más tarde, dejó el trabajo de limpieza por un empleo en una tienda elegante de ropa masculina. “Cambiaba las horas de trabajo por ropa. Siempre me gustó estar bien vestido”, cuenta Ricardo. Hasta que su esposa le sugirió: “¿por qué no vuelves a una actividad independiente como era cuando tenías 20?”. Y él aceptó el desafío.
Y de allí a tener su local y luego a trabajar con su socio. “Yo le estoy tremendamente agradecido a mi ciudad, a Puerto Madryn, a todo el valle y a todo Chubut porque siempre digo que mi formación, la base de la persona que soy hoy, me la dio mi querido Chubut y la Argentina también”, sostiene.
Ricardo Clarke fue nominado embajador de La Industria y Empresa en la provincia de Nordland. La nominación se debió a su trabajo voluntario como “puente” entre Noruega y Argentina para lograr la inversión de Norwegian y abrirle de esta manera la puerta a Noruega en Argentina.
Así llega el final de esta nota: “Si hoy es una persona feliz se lo atribuye a su familia, le cuenta a Infobae y a LU17 un sitio de Chubut. “No tengo palabras para explicarlo. Yo creo que estos sentimientos se fortalecen cuando vivís tan lejos de tu tierra natal”, dice el hombre que tuvo dos hijos con Merete: a Ferdinand (26) y a Alannah (30) que lo convirtió en abuelo de Theodor de 3 años y de Oliver de 9 meses.