El mandatario rechazó la ley de movilidad jubilatoria votada en junio. El Congreso necesita 2/3 de sus votos para ratificar. Pero la actividad política hizo que cinco radicales que votaron a favor lo hicieran en contra
En una sesión muy tensa en el Congreso, la Cámara de Diputados de la nación confirmó el veto del presidente Javier Milei a la ley de movilidad jubilatoria que fuera sancionada en junio. La matemática indica que hubo 153 votos afirmativos (para imponer la norma), 87 negativos y 8 abstenciones. Fueron claves los cinco diputados de la UCR que en junio pasado votaron a favor y este miércoles decidieron hacerlo en contra, por pedido de Javier Milei. También ayudaron los legisladores del bloque de Innovación Federal, que hace tres meses acompañaron la iniciativa y ahora se abstuvieron. Esto es así porque hubo un 61% que insistía pero faltó ese 5% para llegar al 66%.
Para lograr que el veto cayera e insistir con la ley que fijaba una recomposición de 8,1% para las jubilaciones, incrementos anuales y pago de deudas a las cajas jubilatorias de las provincias, la oposición necesitaba una mayoría de dos tercios, pero La Libertad Avanza y el PRO lograron bloquearlos.
El día anterior, el Presidente se había fotografiado en la Casa Rosada con los diputados radicales que le garantizarían el triunfo en la votación. Martín Arjol, Luis Picat, Mariano Campero y Pablo Cervi y José Federico Tournier cumplieron con su palabra y votaron junto a los legisladores de La Libertad Avanza, del PRO -excepto Álvaro González, que votó a favor-, del MID, los tres tucumanos que responden al gobernador Osvaldo Jaldo -que antes se habían ausentado-, las dos integrantes de Buenos Aires Libre y las dos diputadas de Producción y Trabajo.
Una docena (y media) de empanadas
El titular de la bancada de la UCR en Diputados, Rodrigo de Loredo, cuestionó a sus correligionarios por apoyar al oficialismo y rechazar la ley de movilidad jubilatoria.
“El argumento de quiebre de las cuentas fiscales no se sostiene”, sostuvo el legislador, en contra de los argumentos de algunos de sus colegas.
Luego hizo una comparación que deja muy en claro la plata por la que se estaban llevando adelante la batalla entre el Gobierno y la oposición: “Estamos discutiendo 15 mil pesos, una docena de empanadas, para cada haber jubilatorio“, en referencia al aumento del 8% que proponía la ley como recomposición por la inflación de enero.
En Posadas, una docena de empanadas se consigue a 10 mil pesos.
Por el momento, la fórmula para actualizar las jubilaciones se mantendrá como hasta ahora. Por ejemplo, los haberes de septiembre tuvieron un aumento del 4,03%, en línea con la inflación de julio, que fue del 4%. La mínima quedó en $234.540, a lo que se sumó el bono de $70.000, lo que llevó la jubilación más baja a los $305.540.
De cara a lo que pueda ocurrir con las jubilaciones que se cobrarán en octubre, se presume que el Gobierno continuará con la misma fórmula: es decir, se actualizará en base a la inflación de agosto que se conoció el miércoles (4,2%). De esta manera, la jubilación mínima pasará a ubicarse en torno a los $243.900. También resta saber si se repetirá el bono, lo que la llevaría a $314.000.
