El Presidente fue al Congreso y presentó el proyecto de Presupuesto para 2025. Realizó una reivindicación de la tarea que llevan a cabo de recortes y achicamiento del Estado que conlleva la meta del “déficit cero”.
Durante el gobierno de Cristina Kirchner hubo muchas cadenas oficiales: se cortaba todo y la gente tenía que oír sí o sí lo que decía la titular del Pode Ejecutivo. Dicen que en Buenos Aires, una noche decidió usar la franja horaria del prime time (el tramo central cuando más tele se ve). Eran los años en que la ficción de Telefé Graduados arrasaba. Cuando se cortó la novela y apareció el “A partir de ahora, transmiten LRA Radio Nacional y LS82 Canal 7…” Pablo Sirvén de la Nación recordaba que enseguida un murmullo metálico in crescendo “fue encrespándose en ventanas, balcones y terrazas de la mayoría de los barrios porteños. Estallaba un insólito cacerolazo que, más que expresar disconformidad por el inoportuno horario en que la presidenta se metía de prepo’ en las casas“.
Ahora, la tele no convoca tanto, pero anoche la audiencia literalmente desapareció. Canal 9 tuvo 0.0 rating. Anoche no hubo caceroleo pero pocos miraron la TV desde las 21.
El Presidente volvió a sus ideas de siempre: la gente ya lo escuchó y en esta ocasión apagó la tele o miró otra cosa
Así, como un profesor, el presidente Javier Milei fue exponiendo sus ideas: “Cuando los gobiernos quieren gastar compulsivamente y no les da el margen para seguir subiendo impuestos, como ocurre en la Argentina, la única forma de pagar la cuenta es pidiendo plata prestada o imprimiéndola en el Banco Central. Como los políticos no entienden la restricción presupuestaria y no quieren dejar de gastar, generan déficit. Para cubrir ese déficit, lo primero que hacen es tomar deuda”.
Según Milei, en diciembre de 2023 la Argentina tenía un déficit fiscal equivalente al 15% del PBI.
Ese déficit se enjuga a través del endeudamiento (alguien nos presta) o emisión. Como la Argentina cae en default (cese de pagos) la única opción es emitir. Y así van las cosas.
“Gastar de más solo se cubre pidiendo prestado (hasta que no te prestan más) o emitiendo dinero sin respaldo. Esta forma de gobernar no va mas”, señaló el mandatario
La llegada de La Libertad Avanza significó el final de esa forma de administrar. El año que viene el Sector Público Nacional no necesitará financiamiento por la vía de endeudamiento o emisión monetaria, pues no habrá desbalances de las cuentas públicas.
La otra cuestión que puso de relieve es “el gerenciamiento de pobres”. El mandatario definió su política social al señalar la ampliación de la asistencia social a madres y niños en los sectores más vulnerables, pero sin intermediaciones. El presidente cuestionó la (poca) eficacia y las irregularidades del programa Potenciar Trabajo, razones por las que el gobierno lo reformuló en dos nuevas líneas: Volver al Trabajo y Acompañamiento Social, que apuntan a un acompañamiento adecuado a los sectores más postergados.
El Presidente vinculó la prosperidad con la seguridad y la soberanía, a su vez ligados al resguardo territorial y la prevención del narcotráfico y el terrorismo. En ese sentido, Milei recordó la compra de 24 aviones caza supersónicos de fabricación norteamericana a Dinamarca y de 4 aviones de largo alcance para controlar el Mar Argentino y erradicar la pesca ilegal.
Aún más relevante para el Gobierno es la promulgación del Protocolo Antipiquetes “que tiene como objetivo primordial garantizar la libre circulación, y evitar los cortes en los accesos y en las rutas de nuestro país que entorpecen la vida diaria de todos”.
Insistió que el achicamiento del Estado incluye la eliminación de cargos (desde Ministerios hasta direcciones pasando por secretarías y subsecretarías).
Además de fustigar a la oposición kirchnerista (al jefe de la bancada le espetó: ‘Dejá nomás, no sumes porque ustedes en esa andan mal’) también señaló el fin de la pauta.
