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jueves, noviembre 21, 2024

El Papa y Victoria Villarruel hicieron buenas migas

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Fue en un encuentro formal el lunes 14 de octubre por la mañana en la Biblioteca del Palacio Apostólico. Allí la Vicepresidente de los argentinos se reunió con el sumo pontífice. La reunión que duró una hora fue considerada muy cordial por los asistentes y la propia mandataria. ¿Por qué Villarruel usó la mantilla como un velo? Ella misma lo explicó

Los pastores españoles se iban días con sus rebaños. En sus alforjas llevaban pan y embutidos como el chorizo colorado y la butifarra. Durante el viaje, iban comiendo el pan y los fiambres. Cuando el pan quedaba muy duro, los granulaban (hacían migas) lo mezclaban con algún pedazo de chorizo y lo cocinaban con el aceite o la grasa que tuvieran. Así, a expresión ‘hacer buenas migas’ no se refiere tanto a si estaban buenas o bien cocinadas, sino al acto de hermandad y concordia que había entre los comensales, ya que cada uno aportaba algo a esa comida (uno ponía el pan, otro el embutido, habían quien aportaba el vino…). Y así surge la expresión, más castiza imposible. Y con su apellido anclado en el sur español, Victoria Villarruel visitó al Papa argentino (de origen irremediablemente italiano) para hacer buenas migas. No desgranaron un pan viejo ni buscaron en sus alforjas algún chacinado. Pero sí, estuvieron muy cercanos algo que casi ningún otro integrante del actual gobierno ni del anterior de Mauricio Macri pudo lograr.

La vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel, quedó muy conforme y también conmovida tras su encuentro con Francisco. Al concluir la reunión, que tuvo una duración de una hora, algo bastante excepcional para este tipo de audiencias, el Papa le pidió que leyera en voz alta una oración de Santo Tomás Moro que habla de la alegría. “Me conmovió, me dijo que no perdiera yo la alegría, que no perdiera el sentido del humor”.

No sólo el “dressed code” se respetó: Las mujeres deben vestir de negro. Eso ya se sabe. Pero Villarruel acotó algo que llamó la atención:
“Las mujeres debemos vestir de negro. Hoy la mantilla es optativa en el protocolo, pero la que usé era de mi abuela y me hacía ilusión poder usarla”.

El encuentro tuvo lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico, donde el Sumo Pontífice recibe habitualmente a los jefes de Estado. Todo se desarrolló en un clima muy amable, hasta cariñoso. La Vicepresidente de la Nación conocía a Jorge Bergoglio, de sus tiempos como Arzobispo de Buenos Aires, y luego lo había visto una vez, ya como Papa, en 2014. Lo vio bien de salud y Francisco estuvo incluso de pie buena parte del encuentro, como se aprecia en las fotografías.

El Papa busca la citas sobre el humor de Santo Tomás

“La reunión duró casi una hora en un clima de mucho afecto, con demostraciones de cariño de parte del Sumo Pontífice hacia la figura de la presidente del Senado argentino. La conversación giró sobre varios temas y, el que como es habitual de su parte, su Santidad manifestó su interés por la situación de nuestro país”, dijeron fuentes cercanas a la Vicepresidente. “Francisco se mostró contento con el encuentro y agradecido con la visita y el presente que Villarruel le llevó especialmente desde la Argentina: una estatua de un caballo con su potrillo. Además, ella le obsequió un dulce español y él le entregó un Rosario bendecido junto a otros presentes”, agregaron.

La estatua de la yegua con su portillito, regalo al sumo pontífice

El video que subió Villarruel en su cuenta de X, en efecto, confirmó que el clima fue muy bueno y relajado desde el principio.

“Buen día señora, cómo está, un gusto verla”, la recibió el Papa, que después de darle un beso de bienvenida y estrecharle la mano, ostentó su habitual humor porteño.

“Todavía vivo”, le dijo, cuando ella le preguntó cómo estaba y le retrucó con una pregunta pícara: “¿y usted sobrevive?”, al referirse a la situación siempre al rojo vivo de su madre patria.

Entre el séquito se destacaba su secretaria privada, Guadalupe Jones, María Laura Arnejo, directora de ceremonial del Senado y el embajador argentino ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino-, la vicepresidenta incluso tuteó al papa Francisco: “Gracias a vos Santo Padre por recibirme”.

La oración de Santo Tomás Moro: “Dame un alma que no se asuste del pecado…”

También puede verse a la vicepresidenta que lee en voz alta parte de la oración del buen humor de Santo Tomás Moro: “Dame Señor un alma santa que sepa aprovechar lo que es bueno y puro para que no se asuste ante el pecado sino que encuentre el modo de poner las cosas de nuevo en orden”. Al Papa le encanta esa oración del buen humor, que reza a diario y suele mostrarles a muchos de los mandatarios que recibe, como sucedió cuando recibió por primera vez al expresidente Alberto Fernández, en enero de 2020.

Al finalizar, el Papa le obsequió un rosario, sus encíclicas, una escultura de bronce de San Pedro y San Pablo, y un libro titulado «Papa Francisco: ¿por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?».

La cronista del vaticano de La Nación Elisabetta Piqué hizo este cierre: ““Gracias por la visita y a no aflojar, a no perder el sentido del humor”, se despidió el Papa, que la acompañó hasta la puerta de la Biblioteca, muy sonriente. “No, no, rezo por usted, pero usted rece por mí”, lo saludó ella, evidentemente muy contenta y satisfecha, y cerró: “Hasta luego, papa Francisco”.

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