Misiones ya prueba nuevas tecnologías para evitar la propagación de los mosquitos aedes aegyptis, los peligrosos vectores que transmiten desde sus finas trompas -perforadoras de pieles y succionadoras de sangre- enfermedades tropicales
Sí: el mosquito que pica es el ejemplar hembra. Y no lo hace por simple gusto de la sangre. No es una condición como si fuera una descendiente del famoso conde Drácula allá en Rumania. No. Se nutren de sangre para potenciar la cantidad de huevos que van a poner. Una mosquita si no chupa sangre pondrá (con suerte) diez huevos. Pero si le aplica una dosis de ese tejido líquido rojo (compuesto de plasma, agua, sales y proteínas) que lleva vida a todo el organismo, pondrá 100 ó 200 o más huevos. Usa la sangre como potenciadora de su reproducción.
Y los microorganismos que se transmiten como virus han tenido la genial estrategia vital de instalarse en la punta de esa trompa perforadora de pieles. Allí están esperando que el mosquito haga su trabajo y usan esa trepanadora como una verdadera lanzadera o base de lanzamiento. Cuando la sangre (la maravillosa sangre humana) empieza a fluir hacia el estómago del insecto, los virus -cual niños en un tobogán- se lanzan felices hacia el humano que los albergará. El crimen perfecto está consumado.
Desde los mosquiteros hasta el DDT, el ser humano ha tratado de crear barreras contra los mosquitos (aunque hay que decir, los zumbidos que hacen cuando sobrevuelan, son irritantes).
Estériles
Una de las técnicas más novedosas es llenar el aire de mosquitos eunucos o al menos, estériles.
Ahora en Misiones se implementa la liberación controlada de mosquitos estériles para reducir la población del Aedes aegypti, transmisor del dengue. La técnica se aplica desde 2021, sin uso de químicos ni manipulación genética. Se esteriliza a los machos al exponerlos a una radiación.
El uso de mosquitos estériles para combatir al dengue en Argentina ha cobrado relevancia en los últimos años. Una experiencia reciente en Mendoza se ha llevado titulares al respecto. Sin embargo, Misiones lleva más de cuatro años de experiencia en el campo.
“Es una liberación controlada de mosquitos machos esterilizados con radiación gamma. Compiten con los otros machos, y cuando se aparean con las hembras, no hay huevos, no hay mosquitos nuevos”, explicó un especialista. Tal tecnología, aplicada en Misiones desde 2021, busca reducir la reproducción del Aedes aegypti sin recurrir a la fumigación, un método que espanta temporalmente a los insectos, los que luego consiguen crear resistencia a los insecticidas.
El “sicario” o asesino a sueldo (de mosquitos) tiene su base en el Centro de Investigación y Control de Enfermedades Vectoriales y Zoonóticas. Desde allí se realizó este logro.
Desde su creación por Ley y puesta en funcionamiento en 2020, el Centro de Investigación y Control de Enfermedades Vectoriales y Zoonóticas se convirtió en un espacio científico de referencia en el país y la región. Uno de los principales programas fue la Técnica de Insectos Estériles (TIE). De allí, en reiteradas oportunidades se implementó este mecanismo con mosquitos Aedes Aegyptis, transmisores de patologías como el dengue, Zika y Chikungunya.
Según explicaron desde el Centro de Investigación, el método no involucra manipulación genética ni químicos, por lo que es una alternativa innovadora y respetuosa con el ambiente. Fue desarrollado en colaboración con la Comisión Nacional de Energía Atómica y el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí de Cuba. Se basa en la liberación controlada para interferir en el ciclo reproductivo.
En Colombia, vacunando al mosquito
El método consiste en infectar a los mosquitos Aedes aegypti con una bacteria llamada Wolbachia. Esta bacteria, que se encuentra de manera natural en muchos insectos, altera la forma en que los mosquitos transmiten el virus, y disminuyen su capacidad de propagación.
En 1971, se observó que la introducción de Wolbachia en mosquitos Aedes aegypti causaba una disminución en su población debido a que las hembras infectadas no podían reproducirse de forma efectiva. Esto despertó el interés de los investigadores para utilizar esta bacteria como herramienta de control de enfermedades transmitidas por mosquitos, refirió una nota de Alejandro Horvat en La Nación.
Para infectar a un mosquito, los científicos realizan un proceso de microinyección, que consiste en introducir la bacteria directamente en los huevos o embriones del mosquito. Este método permite que la Wolbachia se establezca en las células del mosquito y se transmita a las siguientes generaciones a través de la reproducción. El proceso comienza con la extracción de la bacteria de insectos que la portan naturalmente, como la mosca de la fruta (Drosophila). Luego, los huevos de los mosquitos Aedes son microinyectados con Wolbachia en las primeras etapas del desarrollo embrionario, un procedimiento delicado que requiere un equipo especializado y un manejo cuidadoso para garantizar la viabilidad de los huevos.
Los resultados impactan: Indonesia logró reducir la incidencia del dengue en un 77%, mientras que en Colombia la baja fue del 73%. En Brasil, donde se producen millones de mosquitos infectados anualmente en fábricas especializadas, también se ha reportado una caída significativa en los casos de dengue.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, si bien se ha estudiado el método, por el momento no está contemplado ponerlo en práctica a nivel local.