Es un instituto privado de origen católico ubicado en la zona de Tigre en provincia de Buenos Aires. Sus alumnos provienen de barriadas humildes y el modelo de inclusión ayuda no sólo a la retención sino también a la calidad educativa que logran en las pruebas Aprender. Una plataforma británica la premió. Se trata de la única escuela de América Latina que fue galardonada en esta edición, y es, además, la primera de Argentina
Hace apenas doce años, un grupo de personas realizaba acciones solidarias en el barrio Las Tunas y clases de apoyo. Así con una organización de la Iglesia católica, decidieron crear una fundación para fundar allí un colegio. El lugar era un basural. Ahora, ese mismo lugar significa educación, rendición escolar, inclusión, trabajo y progreso. Toda una definición
“La trabajadora social María Paz Mendizábal y el empresario Roberto Souviron, fundador de la agencia de viajes online Despegar, armaron la Fundación (que administra la escuela) y en 2012 abrieron el colegio con idea de que tuviera características particulares en términos de resultados educativos y eficiencia”, cuenta Luis Arocha, el director del colegio.
Así de a poco, fueron avanzando. Arrancaron con 150 alumnos y niveles desde preescolar hasta 3er grado.
Hoy ya son 700 alumnos desde preescolar hasta secundario.
¿Cómo se soporta financieramente el proyecto? El 60% lo pone el gobierno provincial (salarios docentes y no docentes); el 30% se cubre con padrinos y donantes que ayudan a la fundación. Las familias solo tienen que pagar el 10%: unos 40 mil pesos mensuales, por jornada completa con las comidas incluidas.
Está claro: Muchas de las familias de la escuela subsisten con trabajos informales y hay meses que incluso no llegan a pagar esa cifra. En esos casos se evalúa el otorgamiento de una beca
Pero lo económico no es lo único que afecta a la población escolar: cuestiones como la violencia intrafamiliar o los problemas de vivienda también afrontan muchos de sus alumnos.
Allí es clave el equipo interdisciplinario de trabajadores sociales, psicólogos y psicopedagogas que asisten a los niños.
Uno de los secretos del premio es que la institución nació como un puente entre la escuela y el mundo laboral.
Uno de los secretos del premio es el trabajo
para la inclusión laboral de los egresados
del instituto María de Guadalupe
Según Mercedes Henderson, la coordinadora general de Desarrollo Institucional allí se realizan mentorías, orientaciones vocacionales, inclusiones laborales, entre otras cualidades donde intervienen distintas organizaciones, empresas, y hasta Universidades, que enriquecen las oportunidades en el establecimiento.
’Tenemos 0% de deserción escolar. Todos los chicos que ingresan al colegio finalizan sus estudios, y el 87% de ellos, logran continuar estudiando o trabajando. Son indicadores muy alentadores, pero queremos seguir mejorando, para que la escolaridad sea una puerta de entrada para lograr sueños y construir proyectos de vida’’, expresó Henderson.
El contexto de aprendizaje no es el mejor: La mitad de los alumnos vive en condiciones de hacinamiento; el 70% de sus padres y madres no terminó la secundaria. Pese a esas circunstancias, los estudiantes obtuvieron resultados por encima del promedio en las pruebas Aprender –que se toman hoy en secundaria– y tienen altos índices de egreso.
Impacta el resultado de las pruebas Aprender
en María de Guadalupe: los estudiantes
están muy arriba del promedio nacional
Según las últimas pruebas Aprender -la evaluación de alumnos de sexto grado de todo el país- la mitad de los niños no entienden Matemática y un tercio no logra comprender lo que lee (no tiene comprensión de textos).
En contraste, el 70% de los chicos de sexto del María de Guadalupe pasaron la prueba de Matemática y el 69% el de Lengua, en 2021 (los últimos datos disponibles).
En contraste con la realidad nacional, otro de los logros del María de Guadalupe que destacó el jurado del World’s Best School Prizes es la enorme cantidad de graduados que siguen carreras universitarias o consiguen empleo después de graduarse.
Según el sitio oficial de la plataforma educativa británica T4 Education, los premios a las mejores escuelas del mundo son reconocimientos educativos de gran prestigio que brindan a instituciones, una plataforma global para que otras puedan adoptar sus mejores prácticas.
“A través de esta plataforma, nuestro objetivo es homenajear a las escuelas de todo el mundo por el papel fundamental que desempeñan en el desarrollo de la próxima generación de estudiantes y por su enorme contribución al progreso de la sociedad”, detallaron.
Para la edición 2024, la plataforma recibió “miles de solicitudes y nominaciones”, de las cuales 50 escuelas fueron preseleccionadas y solamente 15 terminaron como finalistas. Una de ellas era el María de Guadalupe.
Y así, el María de Guadalupe, una institución privada ubicada en un humilde barrio de Tigre, Buenos Aires, fue reconocida a nivel mundial al recibir el premio World’s Best School for Community 2024, un logro que la convierte en la primera escuela argentina en obtener este galardón.
Y así lograron el galardón: Son 10 mil dólares. Dinero que será invertidos en equipamientos y computadoras, porque ‘’es lo que necesitamos para lograr la búsqueda laboral, y la inserción en oportunidades’’, aseguró Henderson.
Según explicó María Luz Diez, el premio reconoce “el trabajo comunitario articulado con múltiples actores: las familias como aliadas fundamentales, pero también organizaciones de la sociedad civil y empresas”.
Este año, además del Colegio María de Guadalupe, fueron galardonadas instituciones de India, Italia, Polonia y Ucrania en categorías que van desde la Innovación hasta la Acción Ambiental. Los cinco ganadores comparten un premio de US$50.000, distribuidos equitativamente entre ellos.