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jueves, noviembre 21, 2024

En aulas bonaerenses, dan libros pornográficos a niños

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El esándalo trasciende el país. Antes fue en Neuquén. Y ahora las autoridades educativas de Axel Kicillof están entregando libros cuya función no parece educativa sino más bien estimulativa

Un hecho que desató la indignación y el enojo de familias y organizaciones defensoras de los derechos de los niños. Es que, el Gobernador kirchnerista de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, está señalado de permitir y promover que en los programas de estudio de las escuelas bonaerenses se incluya material literario con pornografía explicita, destinado a niños y adolescentes.

Uno de los libros con material pornográfico en cuestión se llama Cometierra de la autora Dolores Reyes.  Además, es uno de los textos recomendados en las escuelas de la provincia, y sus fragmentos son claramente inapropiados y peligrosos para menores de edad,  por contener pornografía en él.

La novela en los capítulos 30 y 36  desarrolla escenas sexuales abiertamente relatadas que llamaron la atención de los padres de los estudiantes, quienes decidieron elevar al caso a las autoridades educativas

Romina Álvarez, psicóloga social clínica que trabaja con Niñez en la Fundación Morelli, repudió esta forma de instrucción. “En la ESI se debería enseñar cómo prevenir embarazos no deseados o cómo usar métodos para protegerse de cualquier enfermedad de transmisión sexual“. Y apuntó a uno de los libros que se entregan.

En la obra Cometierra “se expresa un lenguaje inapropiado e imágenes sexuales. Esto no es enseñar y mucho menos prevenir; es fomentar las relaciones sexuales antes de tiempo, y también la pedofilia“, se indigna.

Los temas sensibles plantean un desafío en el abordaje entre los adolescentes. En un colegio de Lomas de Zamora, una adolescente de 13 años quedó shockeada cuando su profesor le explicó con detalles explícitos qué es un abuso sexual infantil con el ejemplo de lo que le sucedió a Lucio Dupuy, el niño que fue torturado y asesinado por su madre y su novia en Santa Rosa, La Pampa. “Mi hija vino llorando y angustiada por esa clase de ESI”, comentan sus padres con cierta indignación, refirió Clarín.

La DESI creada por el gobierno bonaerense ha producido una ingente cantidad de materiales -todos en neolengua inclusiva (otra impostura que no está validada por ninguna academia)- entre los cuales hay una lista de 21 libros -la mitad de ellos destinados a los alumnos, y el resto a la formación docente- cuyo contenido no deja lugar a dudas sobre el enfoque queer (ideología de género) que se le está dando a esta temática. La Dirección General de Cultura y Educación repartirá más de un millón de ejemplares a todas las escuelas primarias y secundarias de la provincia.

Y así, se termina cayendo en un extremismo. Contra lo que dicen sus defensores, el “conocimiento” que transmiten vía ESI no está científicamente validado. Es doctrina queernegación de la biología, negación del binarismo sexual, obsesión con las minorías sexuales (que de minorías pasan a ser hegemónicas en el enfoque de la temática sexual), etcétera.

Lo que leen chicos de la primaria y secundaria

A continuación, se detallan los fragmentos que motivaron la protesta de los familiares:

“Sacó su pija por encima del bóxer y me la acercó a la boca. Me dejé llevar a un beso tan suave como si lo que besaba fuese una lengua. Le bajé el bóxer del todo. La piel que tocaba me gustaba. Podía apretarla con los labios mientras la pija jugaba en mi boca y se iba hundiendo. Ezequiel me miró chupar y yo también lo miré a él. Me agarró la cabeza con las dos manos. Mantuvo un rato la presión, hasta que en un movimiento sacó su pija de mi boca y sus manos buscaron mi cadera. Me llevó hacia él. Yo me tendí y abrí las piernas”.

“Ezequiel besó mis tetas, que son del tamaño de un puño cerrado. Después, sin apartar su boca de mi pecho, bajó una de las manos hasta mi concha. Me acarició. Sentí sus dedos hirviendo. Me fui mojando. Él siguió un poco más, después llevó la mano de nuevo a mis caderas”.

“Una mano seca y la otra mojada me agarraban firmes. Quería verlo cuando entrara. Quería acariciar su espalda que estaba encima de mi cuerpo. Ezequiel se tomó un tiempo para mirarme a los ojos. Después, sus ojos se fueron perdiendo, y los míos también. No lo vi empujar, meterse, presionar contra mí, agarrarme fuerte con las dos manos el culo y empujar de nuevo”.

“Sus manos de repente me soltaron, para desprender el botón de su jean, bajar la bragueta y hacer asomar su pija dura”.

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