Fue en Quilmes, provincia de Buenos Aires. El hombre de pequeña estatura recibió 30 puñaladas y agonizó. Antes de fallecer, identificó a su agresor. Y éste admitió el crimen y se justificó (más allá de sostener que estaba bajo efectos de drogas) al sostener que lo confundió con el Pomberito
“Fue Pablo”, alcanzó a susurrar Gastón Altamirano con su último aliento antes de perder el conocimiento. La referencia era para Pablo Calatayud, amigo y compañero de trabajo de la víctima, quien después de atacar a puñaladas al sereno le robó 300 mil pesos de su pensión por discapacidad y escapó del lugar.
Tras dos semanas de búsqueda, la policía detuvo al principal sospechoso por el crimen de Altamirano, el sereno que fue asesinado de 20 puñaladas en un taller mecánico de la localidad de Quilmes el pasado 24 de octubre.
Así, en un operativo encubierto realizado por efectivos de la Dirección Departamental de Investigaciones de Quilmes y de La Matanza, el sospechoso fue encontrado escondido en la villa de emergencia denominada “La Candela”, en Villa Luzuriaga.
La primera pista firme para dar con el prófugo surgió el 31 de octubre, cuando en medio de una serie de allanamientos secuestraron dos teléfonos celulares de Calatayud, que seguía sin aparecer.
La policía detuvo al principal sospechoso por el crimen de Gastón Altamirano, quien fue encontrado herido en un taller mecánico en Quilmes y antes de morir identificó al agresor, Pablo Calatayud.
Quizá esta nota no figuraría aquí si no hubiera sido por la explicación que dio Calatayud a su comportamiento: “Lo maté porque pensé que era el Pomberito”, se justificó. Aunque luego admitió que se hallaba bajo efectos de estupefacientes. “Estaba muy drogado”, le contó a la policía.
La primera pista firme para dar con el prófugo surgió el 31 de octubre, cuando en medio de una serie de allanamientos secuestraron dos teléfonos celulares de Calatayud, que seguía sin aparecer.
El Pombero o pomberito (en este caso) es una figura mítica de la región guaraní del litoral argentino. Escondido entre las malezas y el monte, suele vérselo a este duende con su típico sombrero mientras cuida de los animales silvestres.
Generalmente, la gente de ámbitos rurales le pide favores tales como hacer crecer los cultivos en abundancia, cuidar de los animales de corral, etc. Pero después de pedirle un favor no deben olvidarse jamás de hacer la misma ofrenda (miel, tabaco para fumar, caña) todas las noches durante 30 días, porque si lo olvidan, despertarán su furia y èl vendrá con maldades en aquel hogar.
El famoso caso de Loan el niño correntino desaparecido en junio pasado volvió a traer al personaje. “Fue raptado por el Pombero”, dijo su abuela.