Metalúrgica Lory viene ofreciendo hace 40 años sus productos que ayudan al agricultor misionero en las cosechas mecanizadas. Ese que suda en verano para cosechar los brotes de té y que debe solucionar los problemas de máquinas con ingenio y tecnologías “hechas en casa”, muchas veces.
Hace cien años el té llegó a Misiones gracias a unas semillas que trajo un cura ucraniano a la zona sur. Así empezó ese cultivo en la región más austral del mundo. Misiones se ha constituido en la principal provincia productora de la infusión más bebida en el mundo. Y mucho de su producción va al mundo. Países como Estados Unidos utilizan el té misionero para elaborar su famoso iced-tea (té helado) que se venden en latitas como una gaseosa más (o como dicen en las traducciones, como un refresco más).
Todo empezó en la década del 70, con el taller metalmecánico que fundó el viejo Julio Lory, y que fue diversificando sus producciones: lo primero era dejar de cosechar el té en forma manual para pasar a hacerlo con tractores que iban tirando las cosechadoras.
“Somos una empresa chica donde trabajamos unas 15 personas. Los diseños surgen a partir de las necesidades del productor. Generalmente el chacarero nos trae sus necesidades y después nosotros visitamos sus plantaciones y vemos qué podemos aportar. Todo lo que hacemos en la empresa es a partir de diseños propios siempre con la ayuda del productor”, contó el ingeniero electromecánico David Lory al sitio Bichos de Campo.
Días pasados, el intendente local Pablo Hassan visitó la industria para seguir fortaleciendo el lazo entre el sector privado y público de Oberá.
Desde la Dirección de Desarrollo Económico, junto al alcalde hicieron una recorrida por la empresa, para seguir conociendo detalles sobre su historia y proyecciones a futuro que tiene la industria Lory.
Los memoriosos recuerdan las primeras cosechadoras fabricadas en Oberá. Eran los viejos tractores Fiat (los anaranjados) viñateros traídos desde Mendoza que tenían el ancho de ruedas justo para calzar entre los líneos de té. Y atrás del tractor venía la cosechadora en sí.
Eso fue cambiando gracias a gente como Lory que adaptaba sus creaciones a las necesidades.
Claro que la tecnología es como un avión en vuelo, decía Isaac Asimov. No puede detenerse porque lo único que la mantiene en el aire es su propia velocidad.
Y así, más de uno se sorprendería de ver cómo son las actuales cosechadoras.
Parecen naves espaciales
La gente del Gobierno de la ciudad dio precisiones. “Estamos haciendo el recorrido con el cronograma, dispuesto por el intendente Hassan, para poder visitar todas las industrias, pymes de la ciudad, y así vincular el trabajo entre el sector público y el privado, para darle el crecimiento a ambas instituciones”, expreso Nelsy Pryszczuk, directora de Desarrollo Económico.
Los atendió Jorge Lory, propietario de la segunda generación de la empresa familiar que empezó el padre con una metalúrgica, con diseños básicos, de lo que era antes en maquinaria de té y reparaciones.
Dicen que cuando representantes africanos que se dedican al cultivo de té vieron las máquinas de Lory “se les voló la cabeza” porque tenían una solución a mano. Querían sí o sí copiar ese invento maravilloso. Los Lory tuvieron que recurrir a toda su diplomacia para impedir algún tipo de filtración (clásicos en la industria, el robo de modelos) y atenderlos. Hoy en día, simplemente Lory exporta sus cosechadoras a Kenia.
“En el día de ayer (por el 5 de noviembre) Lory Máquinas tuvo la hermosa vista de @charleston_tea de Carolina del Sur – Estados Unidos. La empresa se dedica a la elaboración de té y están en busca de adquirir una nueva cosechadora. Muchas gracias por la visita!”, pusieron en su página de Facebook.
Venderle maquinaria a una empresa de EEUU es como venderle hielos en cubitos a un esquimal. Pero así es.
Uno de sus grandes desafíos fue conseguir una cosechadora de yerba mate. Y lo lograron.
En Lory fabrican tres modelos de cosechadoras de yerba mate y que forman parte del catálogo de la empresa desde 2012. Sin embargo, solo habían sido adquiridas hasta ahora por productores de Misiones y Corrientes. En cambio, las cosechadoras de té son más frecuentes y han sido exportadas a países como Ecuador y Kenia.
La empresa cuenta con la certificación internacional de la norma ISO 9001, pero insiste en seguir profesionalizando su trabajo sin dejar dejar de lado sus características distintivas: fabricar cosechadoras con materiales robustos y con un sistema hidráulico que les permite soportar mucha carga. Al mismo tiempo que mantienen dentro del diseño una cabina con protección solar.
Hasta que un día llegó un productor yerbatero de Brasil. El singular equipo -que es bastante novedoso porque la mecanización de la cosecha de yerba mate es un proceso que recién está dando sus primeros pasos- fue adquirido por productor que tiene 70 hectáreas del cultivo en el estado de Rio Grande do Sul.
Y así realizó su primera exportación de una cosechadora de yerba mate a Brasil. Y David Lory agregó: “Nosotros entendimos que fabricamos equipos para cultivos regionales y que otras máquinas, hechas en otras partes del país, no se adaptan a estos cultivos regionales. Entonces venimos a resolver esas necesidades. Una vez que esos equipos funcionan bien aquí lo empezamos promocionar en Brasil y Paraguay fundamentalmente”.
Jorge Lory continúa con el legado, pero ya se ha agregado una tercera generación que es su hijo, David Lory ingeniero recibido en la Facultad de Ingeniería de la Unam que está en Oberá y termina así dándole una impronta en la innovación de la empresa en la mecanización. Hoy cuentan con máquinas cosechadoras de yerba que se están exportando a Brasil y empresarios de Estados Unidos interesados en el trabajo de esa industria, y con ello constituyen un orgullo para Oberá.