Era de Entre Ríos. Pero viajaba mucho a la Triple Frontera. Había llegado al Senado por la papeleta del Frente de Todos en su momento más glorioso (2019). Se hizo albertista y le fue mal. Y este año se hizo mileísta. Eduardo Kueider tenía mucha plata consigo pero le tiró el fardo (con dólares, pesos y guaraníes) a su secretaria. Y ya nadie quería hacerse cargo de su historia
“Buenas noches, señor… ¿me puede decir qué lleva en esa mochila…?”
Un diálogo casi (¿casi?) inocente inició todo.
El hombre en un auto que no era suyo, con alguna protección diplomática por ser senador de la Nación estaba yendo desde Foz de Iguaçú a Ciudad del Este.
“Es dinero de la señora que aquí me acompaña…”
“¿Cuánto es? ¿Está declarado?…. Mire que si supera los 10 mil dólares efectivos, no se puede eh…”
Fueron a la parte trasera de la espectacular SUV negra con patente argentina y autorización para manejar a la chica que acompañaba
La secuencia los llevó a un despacho de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios, en la Aduana paraguaya del puente de la Amistad.
“No, mire cómo es la cosa: Este dinero es de la señora que me acompaña (al mejor estilo bíblico de Adán cuando le decía a Dios: La mujer que me diste es la que me tentó…). Ella hace negocios en Paraguay con venta de mercaderías. Ella retiró del shopping ese dinero (dólares, guaraníes y pesos) y como era mucha plata y teníamos que ir a cenar a Foz. Así que decidimos llevarlo junto con nosotros para no dejarlo en el hotel…”
Edgardo Darío Kueider iba mucho a Paraguay. Nada que justificara desde su cargo de senador de la nación. Está bien lo del Mercosur y la integración pero el lugar de origen del hombre tiene poco que ver con Brasil y Paraguay. Más bien con Uruguay, en todo caso.
Oriundo de Concordia, Entre Ríos, Kueider había llegado a su cargo en 2019 de la mano del Frente de Todos mientras en su boleta lo acompañaban sonrientes Alberto Fernández y Cristina Kirchner los que -a la sazón- fueron electos para el Ejecutivo Nacional.
Claro, que a veces la política cambia. La gente cambia y todo cambia.
Kueider decidió cambiar de bando. Abandonó el Frente kirchnerista y con los oficios de Santiago Caputo se acercó silenciosamente al nuevo oficialismo que maneja la Argentina. En este año, votó de acuerdo a lo que pedía el gobierno de Javier Milei y así pudo salir la Ley Bases que pedía el Gobierno.
Actualmente, Kueider integra el bloque de Unidad Federal junto con el correntino Carlos Mauricio Espínola y la cordobesa Alejandra Vigo, y preside la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara alta.
El hecho ocurrió allá el cálido y lejano norte cerca de la triple frontera. La acusación es sencilla: Lavado de activos y contrabando de divisas.
Pero repercutió en la gran ciudad de los Gordos Dan y los trolls. Todos calladitos.
Hasta que tímidamente, alguien se animó a preguntar al Presidente qué opinaba acerca del caso Kueider. “Ah, no sé. Eso es cosa del kirchnerismo, ¿no? Acaso no entró con la boleta de ellos”, respondió presto cual Pilatos el mandatario. Ni una voz se animó a repreguntar acerca de los recientes cambios de voto del integrante del bloque Unidad Federal. Nadie.
Claro. Y ella, Cristina Fernández no se quedó callada. Y lanzó: “Democracia tarifada”, en un posteo de X en el que se refirió al caso de Kueider al hacer una referencia alusiva a eventuales cobros del parlamentario para cambiar su voto.
“Democracia tarifada. Senador argentino detenido por las autoridades paraguayas en la Triple Frontera durante la madrugada con cientos de miles de dólares, de los cuales no pudo dar explicaciones. Edgardo Kueider, votado como peronista que pasó a votar como libertario con el Gobierno de Milei y al que Villarruel designó como Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado de la Nación“, expuso Cristina Kirchner en X.
“Así se consiguen los votos para las leyes que perjudican a las grandes mayorías y a los intereses de la Nación; o las ausencias que impiden derogar los Decretos de Necesidad y Urgencia que condenan a millones de argentinos a la pobreza o le permiten al Ministro de Economía volver a endeudar el país. Que nadie se haga el distraído… Ni la distraída”, sentenció la titular del peronismo.
Para qué.
Si Javier Milei no quiso tomar tomar esa papa caliente, su vice y titular del Senado no se quedó con las ganas. “Sra. Jefa de la Banda, para intentar ensuciar hay que estar mínimamente limpia y usted está más sucia que una cloaca. El senador Kueider entró en su boleta, con su cara al lado y sigue siendo un afiliado del partido que usted preside”, indicó a través de su cuenta de X.
Y mientras adjuntaba una imagen de Kueider integrando la boleta del Frente de Todos, lanzó su estocada final. “Desde el Senado somos respetuosos de las leyes y del orden institucional, la justicia dirimirá responsabilidades y le aseguro que tomaremos todas las medidas que tengamos que tomar para que se paguen los actos delictivos que se hayan cometido“, agregó.
“Su tiempo pasó, deje de hacerle daño a la Argentina con su banda y tenga la mínima dignidad de dejar de atormentar a nuestro pueblo”, completó.
“Cherchez la femme” (miren a la mujer)
La famosa frase en idioma francés cherchez la femme significa que hay que mirar a la mujer. EN el caso Kueider, muchos se fijaron en la secretaria del senador entrerriano. Una bella mujer de 34 años (o sea, menor en más de 20 años) que lo acompañaba habitualmente.
Su nombre es Iara Magdalena Guinsel Costa es entrerriana, tiene 34 años, dos hijas e ingresó en febrero pasado como planta transitoria del Senado de la Nación. Igual que su jefe oriunda de Concordia.
El informe de Clarín es contundente: “Si bien tiene dos domicilios en su ciudad natal, de acuerdo a los datos que informó la Policía paraguaya, vive en la ciudad de Buenos Aires, en Recoleta. Su nombre ya aparece en expedientes que involucran a Kueider, que la conoce de Concordia y de quien dicen fuentes locales es su “testaferro”.
Los fiscales paraguayos le preguntaron por qué estaba transitando en plena madrugada por la Triple Frontera con 200 mil dólares sin declarar, respaldó la teoría de Kueider.
“Ella dijo que es representante de una sociedad anónima que se constituye en Paraguay y estaba transportando el dinero desde Argentina para invertir en esa compañía”, precisó el fiscal.