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miércoles, diciembre 18, 2024

Domingo Cavallo, el hombre que estuvo en todas

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El cordobés hizo su primera aparición pública en el gobierno militar como titular del BCRA: Luego volvió -su momento de gloria- con Carlos Menem y su convertibilidad fue el ancla para que la inflación se detuviera. Eso sí, se detuvo el país también. Cuando asumió la Alianza lo buscaron. “Si vos inventaste este programa, debés tener la clave para arreglarlo”, le dijeron. Terminó siendo el sepulturero. El concienzudo trabajo de Eduardo Torres sobre Domingo Cavallo, sus apariciones y el rol de la deuda externa

Tuve la oportunidad de conocer a Domingo Cavallo a mediados de 1992. Era movilero del noticiero de Telsat y Mingo vino acompañando a Carlos Menem: la popularidad le había estallado como una granada en sus manos. Y el gobierno del riojano llegaba a cumbres de notoriedad pocas veces alcanzadas. Los precios
-al fin- habían dejado de subir, todavía quedaban empleos, la gente tenía capacidad adquisitiva y ganas de gastar. Aún se liquidaban las “joyas de la abuela” y había margen para mantener el 1 a 1, la fórmula secreta para que los precios no se dispararan. Presidente y ministro de Economía llegaron a Posadas y se dirigieron a la casa de Gobierno. Allí, Menem avanzó por los pasillos principales mientras una multitud de colegas intentaba sacarle declaraciones. Cavallo, en tanto, decidió cortar camino por el centro donde está el famoso aljibe original. Ahí le salí al cruce y pude tirarle la primera pregunta. El Mingo, gustoso de responder, se puso a hablar. Tenía la esperanza de que mis colegas hicieran otro tanto con Menem. Pero no fue así. Todos vinieron encima nuestro, mientras el riojano seguía su camino y nos perdíamos la mitad de las notas.

Era claro, más allá de su bonhomía, al riojano no le gustaba que Cavallo “se cortara solo”. Tres años después, lo eyectaría del cargo y la economía seguiría funcionando en piloto automático hasta el fin de su segundo mandato.

También había estado con el gobierno militar y en 1982 estatizó desde el Banco Central buena parte de la deuda externa de empresas nacionales.

Cómo era Cavallo.

Cavallo es economista. Si usted lo ve a Javier Milei, debe saber que hay parecidos. Van por el mundo convencidos de sus fórmulas matemáticas y cada vez que dicen algo importante empiezan con el ceteri paribus de los del gremio. “Si tal cosa se da, entonces tal otra ocurrirá…”

Absolutamente convencido de lo que decía y hacía. Con la febril convicción de un pastor, salía a convencer a todos acerca de las bondades de su propuesta. Ya a fines de 1995, Brasil -que tenía el mismo plan estabilizador que Argentina- decidió devaluar tras el Tequilazo. Pero Menem no hizo otro tanto.

Cadena nacional. Habla Mingo. Años 90 gobierno menemista

Siguió con la rigidez monetaria mientras el país se llenaba de fábricas vacías, remises que no llevaban a nadie, canchas de pádel a las que nadie iba y parripollos que no conseguían vender su producción. Los echados por el achique del Estado pensaron que iba a ser fácil. Iba. Pero no lo fue. Para fines de la década, el riojano finalizaba su mandato y tenía que entregar la posta a Eduardo Duhalde. Pero éste venía con otra consigna: nada de mantener la convertibilidad sino que había que levantar las persianas de las fábricas. Menem le hizo un gambito y casi le pasó el mando a la Alianza con Fernando de la Rúa y Carlos Álvarez. Fue el principio del fin. Volví a ver a Cavallo muchos años después. Habían pasado Menem, la Alianza y hasta la caída de su hija dilecta, la convertibilidad. Fue en Córdoba durante un congreso CREA. Seguía siendo el mismo fanático de sus ideas. No había cambiado nada. Sus ojos claros, febriles, se seguían abriendo desorbitados y creyendo que aún tenía la razón y que no tenía nada que ver con la caída de su modelo en 2001. No. Él negaba todo y la culpa -siempre- es de los demás.

Algo que en la Argentina se oye más a menudo de lo que se quisiera.

Mario Pernigotti

En ese punto, la novela “Finalmente Dios se arrepintió” de Eduardo “Balero” Torres se anima a hacer un recorrido y echar luz sobre esta figura que había arrancado su vida pública en los años 70, durante el gobierno militar como presidente del Banco Central, donde -dicen- estatizó mucha deuda externa de los privados.

En su obra (de más de 700 páginas), Torres va haciendo un recorrido sobre lo que hizo Cavallo, al cabo para enterrar el modelo que él mismo había parido: la caja convertible.

Van algunos párrafos de adelanto de esta nueva novela

Cavallo y las recetas del FMI

Norberto Galasso considera que De la Rúa se limitó a administrar el modelo heredado del menemismo, de capitalismo financiero dependiente. Y los resultados a finales de 2000, no pueden ser otro que el agravamiento general de la realidad económica y social del país. Aumentó la recesión que ya existía en el gobierno anterior y en un año de gestión de la Alianza los indicadores desnudaron la incapacidad de encarrilar el rumbo de la recuperación; el índice de pobreza que en 1999 estaba en 21,5 % alcanzó el 28,9 % a fines de 2000, mientras el índice de indigencia en las mismas fechas pasó de 6,7 % a 7,7 %

(…)

Una vez más se comprueba la inutilidad de las recetas del FMI como los indicó, oportunamente el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. A pesar de los recortes de sueldos de la administración pública, el déficit fiscal se mantiene

La revista Humor Registrado lo tuvo siempre como abonado. Ilustración Andrés Cascioli

Luego de un prolongado silencio, Olga expresó: – Me tomo la libertad de analizar el significado de la presencia de Domingo Cavallo como ministro de Economía en un gobierno Justicialista y posteriormente de un gobierno Radical. Cavallo, además de su ADN liberal, fiel representante de la escuela económica de Chicago, su paso por la Fundación Mediterránea, entre otros antecedentes significó una traición para los principios Justicialista de “Independencia económica, soberanía política y justicia social”, así lo sintieron los dirigentes y militantes peronistas, más aún cuando, la convertibilidad comenzó a fracasar y la promesa realizada por Domingo Cavallo de que la deuda externa no existiría a finales del siglo XX, contrastaba con uno de los apotegmas del General Perón de que “la única verdad era la realidad”, en función de que durante su gestión la deuda creció exponencialmente aun vendiendo todas las “joyas de la abuela”.

El mismo malestar y desilusión sintieron los radicales alfonsinistas, cuando el presidente De la Rúa lo nombró sucesor de López Murphy y muchos dirigentes radicales lo aceptaron a regañadientes, considerando la desesperada situación económica y recordando otra ingeniosa frase del adversario, el extinto General Perón, que había expresado: “Entre un malo y un bruto, optaba por el malo porque vio a muchos malos que se hicieron buenos pero, nunca vio a un bruto que se haya hecho inteligente”, y en el caso de Cavallo era malo e inteligente.  Pienso, que luego de la presencia de Cavallo en el ministerio de Economía en los gobiernos de los dos partidos políticos más representativos, dio inicio a la descomposición de las estructuras partidarias; en el caso de Unión Cívica Radical se abocaron a las luchas internas a la cual siempre fueron y son muy propensos, soportaron también la deserción de muchos dirigentes, mientras que el justicialismo, más pragmáticos y tolerantes a los vaivenes ideológicos sufrió divisiones, deserciones y reconciliaciones. Si bien estos comportamientos resultaron normales para la dirigencia en general, no sucedió lo mismo con la sociedad sufriente por las frustrantes gestiones gubernamentales, dando así inicio a la germinación del desencanto con la política que, salvo algunos periodos de gobiernos, nos trajo hasta este presente donde candidatos mesiánicos de ultraderecha tienen altas probabilidades de triunfar en las próximas elecciones presidenciales por la desesperanza que generó la dirigencia política, alimentada por el poder fácticos a través de los medios de comunicación masiva, los cuales se encargaron de anular, desprestigiar y destruir cualquier proyecto político popular.

-Espero que sepan disculparme por trasmitirles mis reflexiones y entiendo y acepto que no acuerden con mis ideas – expresó Olga y – agregó: – Ahora bien, volviendo al nombramiento de Domingo Cavallo como ministro de Economía debo trasmitirle las expresiones de Noemí Brenta, quien – señala que el ministro exigió amplias facultades y que estos – superpoderes – se le otorgó al poder ejecutivos, por la ley 25.414 sancionada por el Congreso de la Nación.

La misma autora señala: – “con una estrategia más política, su discurso inicial se enfocó en la reactivación económica, siempre basada en el mantra de economía de la oferta, a través de planes de competitividad sectoriales, donde los empresarios, los sindicatos y el Estado se comprometían a bajar despidos, salarios e impuestos, respectivamente, para reducir los costos de producción y ganar competitividad internacional (…)

Ilustración Ledesma

Por parte de Mario Rapoport (…) señala: – “Cavallo, que había retornado al ministerio de Economía proclamando el déficit cero, que contrajo aún más el nivel de actividad económica y los ingresos fiscales; y realizó un ruinoso megacanje de títulos soberanos incrementando el endeudamiento.

Continúa el autor explicando: – El “Megacanje” no buscaba poner punto final al problema del endeudamiento argentino, sino que, tal como se hizo anteriormente con el plan Brady, trató de ganar tiempo a cambio de conceder títulos con mejor respaldo. Las tasas de interés implícitas resultaron ruinosas, llevando incluso a disputas judiciales debido a las acusaciones de ilegalidad…

Norberto Galasso, respecto al nuevo mandato como ministro de Economía de Domingo Cavallo expresa:

-El nuevo ministro se convierte en superministro, al recibir amplios poderes y en una pirueta de travestismo pretende ofrecerse a la sociedad como versión moderna del Keynesianismo, como si abjurase de sus ideas del pasado. Arbitra entonces una serie de emparches al modelo: Impuestos al cheque, eliminación de exenciones al IVA, amplitud a la convertibilidad al incorporar el euro al cálculo de la paridad y planes de competitividad. – Agrega el autor que, de igual modo, ratifica la política de déficit cero y anuncia una nueva negociación con los acreedores externos. Galasso Norberto – expresa: “Un viejo amigo de Cavallo llamado David Mulford, presidente del Credit Suisse First Boston, lo convenció –según lo admitió el ministro –de la necesidad de reprogramar la deuda argentina (Página/12, 18/3/2001). Así nace el megacanje -.

Ante el cúmulo de vencimientos que se deben cumplir en los siguientes cinco años y ante la imposibilidad de cumplir con los mismos se negocia el canje de títulos de deuda externa por otros con vencimientos a mayores plazos, alejando el fantasma de la cesación pagos que rondaba en los círculos financieros. Esta negociación se logró por los “contactos” del flamante ministro Cavallo y que se presentó en el país como un verdadero logro… – Destaca Galasso y me parece importante resaltar que el “contacto” de ministro es nada menos David Mulford con quien mantiene una amistad que le permite realizar este tipo de negociaciones y que para algunos significa algo más que un gesto amistoso sino, el 0.55 % de comisión sobre el valor de los títulos canjeados y que les permitió repartir 155 millones dólares entre los bancos y sus representantes.

Cavallo limitó la cantidad de dólares que podía sacar la gente de bancos. Lo llamó Corralito

Si analizamos el acuerdo, no podemos dudar de “valorar adecuadamente las gestiones amistosas”. Con el megacanje se rescataron 28.144 millones de dólares entregándose, a cambio, de nuevos títulos por 30.401 millones de dólares con vencimientos a mayor plazo. Esta operación significó que la deuda creciera en 2257 millones de dólares. –Agrega Galasso, que además se canjearon bonos Brady que tenían un interés del 6%, por nuevos títulos con una tasa del 12%. Es decir que del monto a pagar anualmente antes del canje era de 2890 millones de dólares en concepto de intereses, luego de la “exitosa” operación de megacanje se debe erogar durante más tiempo, 3677 millones de dólares. – Sin dudas – comentó Olga – un nuevo éxito para el ministro y “sus amigos”.

Noemí Brenta, en su libro lo presenta de la siguiente manera:

“El 1 de junio de 2001, el Ministerio de Economía canjeó 46 bonos viejo en pesos y en dólares con vencimientos entre el 2001 y 2005, por cinco bonos nuevos en dólares, excepto uno que se instrumentó en dólares o pesos, indistintamente, todos con mayores plazos y tasas de interés más altas. El gobierno tomó bonos viejos por 28.715 millones y colocó nuevos por 30.431 millones de dólares. Pero el aumento de capital más los intereses y los intereses sobre los intereses de la deuda estirada hasta 2.031 sumó 53 mil millones de dólares a la deuda”. – Agrega Brenta que: – “Las elevadas comisiones pagadas por los bancos intervinientes, las tasas altas pactadas, la escasa ventaja en diferir los vencimientos y el precio caro reconocido a los títulos canjeados generaron denuncias judiciales y un expediente de casi 50 tomos, que finalizó con los sobreseimientos de todos los banqueros y funcionarios. (Domingo Cavallo y Federico Sturzenegger firmaron el decreto 646/01 que habilitó la operación de megacanje.

La situación caótica de país, la falta de recursos por la disminución brusca de la recaudación como la imposibilidad de cumplir con los intereses de la deuda, les conminó a las autoridades económicas a endeudarse más con tasas de interés más altas de 14% a 16% en dólares…

Domingo Cavallo levanta su dedo para decir algo junto a Fernando de la Rúa en el aciago 2001

Con suma testarudez el presidente De la Rúa y su ministro Cavallo se resisten a devaluar y abandonar los diez años de convertibilidad, como asimismo descartan toda posibilidad de default, a pesar de que el vencimiento en diciembre por 2.000 millones de dólares es inminente. El Ministro confía en sus amigos del FMI quienes, supone, aportarán 1.260 millones dólares, pero no puede soportar la desbocada fuga de capitales.

(…)

Al contrario de esa postura negacionista, sostengo lo que ya se comentó en párrafos anteriores, la necesidad de establecer en algún momento los acuerdos multisectoriales necesarios para modificar leyes y códigos para enjuiciar a quienes irresponsablemente endeuden al país sin los controles establecidos en las leyes y sean juzgados como fueron los jerarcas militares que quebraron el orden institucional y cometieron el genocidio durante la última dictadura cívico militar.

¡Necesariamente debe haber un “Nunca Más” para los “endeudadores” seriales, políticos, funcionarios, financistas y todos los que estén involucrados! este delito que afecta al país todo y a la población en general; este delito debe ser imprescriptible y las penas establecidas por los jueces probos, tienen que servir para finalizar con la secuencia de empréstitos innecesarios solicitados en reiteradas ocasiones y que solo sirvieron para la fuga de capitales y para profundizar la dependencia de nuestro país. Luego de una breve pausa, Olga – continuó – Si establecemos este nuevo “Nunca Más” para la deuda externa podemos tomar empréstitos que beneficien el desarrollo y las inversiones que necesita el país.

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