Edgardo Vázquez tiene 64 años. Y toda una vida en la Dirección General Impositiva. Que antes era AFIP y ahora es ARCA. Javier Milei lo nombró al frente del organismo. Pero resulta que tiene propiedades no declaradas por más de u$s 2 millones en Estados Unidos. Y sociedades-pantalla en paraísos fiscales
“No hay fotos de Edgardo Vázquez”, dice con énfasis Fabián Domán conductor en A24, el canal de cable de América. Pero exponen una antigua en blanco y negro (arriba).
Algunos le aplicaron el programa de colorear para que aparezca diferente pero sigue siendo la misma.
Parece un oxímoron: El hombre es la cumbre del bajo perfil.
Aunque PM sí puede aportar una diferente y más actual.
Ahí lo tienen. Micrófono en mano, corbata, pelo corto y canoso. Sí. Ya está para jubilarse.
Como ese otro contador de la DGI que cuando llegó a los 60 dijo que ya no era más Miguel. Que se percibía Miguela y que quería jubilarse como mujer. EN realidad no se había operado ni aplicado hormonas. “Solo se percibía” porque lo que quería es “percibir” sus haberes jubilatorios cinco años antes.
Volver al que no avisó a Oficina Anticorrupción
Vázquez ingresó a la DGI en 1990 y no se fue más.
Los ingresos del organismo son muy buenos, hay que decirlo todo.
Y fue ascendiendo. Ahora, a punto de jubilarse, viene el periodista Hugo Alconada Mon de La Nación (el mismo que descubrió que en los hoteles de Cristina en el sur facturaban un hospedaje completo y compraban una (1) docena de medialunas para el desayuno: era para los que hacían mantenimiento porque no había huéspedes, en realidad y todo se dibujaba) y lanza que Vázquez ya tiene inversiones por 2 millones de dólares en departamentos en Miami, Estados Unidos. Y que fueron compradas por sociedades constituidas en paraísos fiscales. Hasta ahí, más o menos puede pasar. El problemita es que Vázquez (y su entonces esposa también funcionaria de la DGI) NUNCA declararon estos fondos.
Tan estrictos con los demás, los organismos del Estado suelen ser generosos con su propia gente.
¿Cómo lo descubrió Alconada Mon? Cruzando datos de organizaciones periodísticas internacionales (las mismas que estuvieron involucradas en el Panamá Papers).
Sí, ese mismo periodismo vituperado por los últimos presidentes argentinos (desde Cristina hasta Javier pasando por Alberto) es el que generó esta información valiosa.
Así lo informó el diario La Nación. “El jefe de la Dirección General Impositiva (DGI), Andrés Edgardo Vázquez, compró a través de sociedades del exterior tres inmuebles en Estados Unidos por más de 2 millones de dólares que nunca consignó –ni las sociedades, ni los inmuebles– en sus declaraciones juradas ante la Oficina Anticorrupción (OA) , según surge de documentos contables, societarios y bancarios que analizaron LA NACION y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), con el apoyo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés)”.
Corto. Contundente. Como un jab en el boxeo o, mejor aún, un uppercut (un golpe de abajo hacia arriba que termina casi siempre sacudiendo la mandíbula del receptor).
La analogía es correcta. Viene de abajo. Y sacude. Va subiendo y llegará a las altas cumbres. ¿Qué dirán el influyente de las redes Gordo Dan y el vocero Manuel Adorni? Nada. Por ahora, mutis por el foro.
Es que el gobierno libertario no termina de sacudirse del impacto que significó el caso Kueider y ya tiene que empezar a asimilar este nuevo golpe.
Como bien lo recuerda Alconada Mon: “Los funcionarios del nivel de Vázquez están obligados por la Ley de Ética Pública, vigente desde 1999, a presentar ante la OA una declaración jurada que detalle todos sus bienes inmuebles y muebles y participaciones accionarias (incluidos los de su cónyuge). Ese reporte hay que actualizarlo cada año y es de acceso público. No informar parte del patrimonio puede configurar el delito de “omisión maliciosa”, establecido en el artículo 268 del Código Penal, con penas que incluyen la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. También puede derivar en una investigación por presunto enriquecimiento ilícito, si el funcionario no logra justificar el origen lícito de sus bienes”.
Y Dolores Olveira de iProfesional aporta una mirada que cuestiona. “parece increíble que el presidente Javier Milei haya nombrado a un personaje tan oscuro al frente del organismo que controla la recaudación de los recursos tributarios y de la seguridad social”.
Vale esto para el final: “La falta de transparencia y el deterioro moral que representa esta situación no solo recae sobre el funcionario, sino también sobre la institución, erosionando la confianza y la credibilidad en la nueva gestión”, sostienen especialistas en tributación.
Frente a este periodismo profesional, ¿qué hizo el Presidente? Alconada Mon respondió: “Vengo con un triste récord. En el caso de Milei, ya me bloqueó de Twitter, me declaró ‘sorete’ y me acusó de ensobrado (esto es, persona que recibe sobres de dinero para escribir en contra o a favor de alguien)”. Pero el periodista cree que toda esa verborragia –por momentos violenta- se corresponde con una estrategia: política y comunicacional. “Hay que reconocerle, que le ha dado frutos, porque le ha permitido llegar a donde llegó”, comentó.