La hermana del presidente Javier Milei y ahora secretaria general de la Presidencia exuda una tirria infinita hacia la vicepresidente. No obstante no haber sido votada por nadie sino simplemente llegar al cargo por el nepotismo inherente a estos casos, Karina desea eyectar a Villarruel de su puesto
Dicen que en marzo de 2024 las relaciones ya no estaban muy bien. Pero cuando Victoria Villarruel escribió un tuit referido a Malvinas y luego otro por el conflicto entre Enzo Fernández y su club cargado de jugadores franceses de origen africano (esto es, negros) ya todo se volvió intolerable. Ella, Karina Milei, atacó con fiereza.
Hay que decirlo todo: en un primer momento su hermano, el Presidente acompañó con un “Me gusta” o dedito gordo para arriba estas expresiones en redes sociales de Victoria Villarruel. Pero, enseguida, las borró. Karina estaba furiosa. Se venían los juegos olímpicos y lo que más deseaba era estar allí en primer lugar (y sí, el poder tiene esos beneficios y ella los empezó a usufructuar). Así que, presta, fue hasta la embajada francesa en Buenos Aires a (como dicen los paisanos) pedir la escupidera, disculparse y de paso, garronear unas entradas, ya que estamos.
Hay que admitir que algunos derrapes fueron protagonizados por Villarruel: uno de los más comentados fue cuando dijo que Javier Milei era como el “jamoncito del medio” entre ella y Karina.
El detalle que sigue siendo valorado (por algunos votantes, al menos) es que la Vice llegó a su cargo ungida por decisión de los electores (en muchos casos, aparece con imagen positiva mayor aún que la del mandatario). Karina, en cambio, llegó al suyo sólo por un voto.
El periodista Federico Mayol en Infobae retrató esta animadversión fulgurante de la hermana de Javier Milei para con la segunda dama de la nación. “Karina Milei tiene un espíritu aún más implacable que el de su hermano, y no está dispuesta a habilitar ni siquiera un tipo de concesión como esa. La secretaria General, dicen, la quiere directamente afuera. Ella le bajó el pulgar hace rato. El Presidente sí estaría dispuesto a recapitular, pero eso incluiría una serie de condiciones que Villarruel no está dispuesta a cumplir. Por ejemplo, que se circunscriba solamente a la agenda presidencial y que avance en una serie de gestos que no está dispuesta a hacer”.
Para este analista, “la relación entre el Presidente y su vicepresidente no tiene retorno. No hay ninguna señal que indique que ese vínculo pueda encarrilarse porque Milei no está dispuesto a retomar el diálogo y Villarruel cree que es el Gobierno el que se encargó en los últimos tiempos de esmerilar su figura: “Le pegan al lobo para que te muerda y luego decir ‘qué malo que es’”, razonó esta semana un dirigente cercano a la vice. En el inicio del 2025 no hubo, en ese sentido, cambio de planes. La discusión pública por las dietas de los senadores, y la queja de Villarruel por su sueldo, “dos chirolas” según ella, volvieron a reanimar las críticas por parte del jefe de Estado y sus colaboradores, que aprovecharon ese comentario para descargar toda la furia oficial sobre “Vicky”, como la conocen”.
Es claro, Villarruel no tiene intenciones de renunciar ni hacerse a un lado. NO es nueva la existencia de malas relaciones entre Presidente y vice en Argentina. Desde el regreso de la democracia, Alfonsín no tuvo demasiadas buenas migas con el cordobés conservador Victor Martínez. Ni hablar de Menem. Primero se sacó de encima a Eduardo Duhalde (lo tentó con la gobernación de Buenos Aires) y luego eyectó de las reuniones de gabinete a Carlos Ruckauf.
Otro tanto ocurrió con De la Rúa quien vio crujir su gobierno a partir de la renuncia de Carlos Álvarez. Tampoco Néstor tuvo buena onda con Daniel Scioli a quien maltrataba en muchos sentidos.
¿Y qué se puede decir de Cristina con Julio Cobos y su voto no positivo? Y otro tanto con Boudou.
Y cuando a Cristina le tocó estar de segunda con Alberto (a) “Rocky” Fernández de Presidente, las cosas no anduvieron mucho mejor.
Así, como evalúa Mayol, “existe, dentro del sistema político, otro dilema, aún mayor: ¿hasta dónde puede escalar un conflicto institucional entre el presidente y su vice? Villarruel ya avisó insistentemente que ella será siempre “institucionalista”. Es decir, que no intentará, al menos por ahora, propiciar una ruptura que derrame efectos negativos para el programa libertario. El inicio de la campaña, sin embargo, alienta todo tipo de especulaciones. En especial, en aquellos que la piensan como candidata por afuera”.
Hay que decirlo todo: junto a Karina -calladito y operando como monje negro- se halla Santiago Caputo. En el evento Kueider, Caputo intentó cargar las tintas sobre Villarruel como titular del Senado. Quedó en offside sin necesidad de VAR: solo el gordo Dan le creyó. Este personaje -sin cargo oficial- gusta operar en las sombras y trata de desestabilizar a Villarruel.
