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sábado, febrero 22, 2025

Sobrevivió a la caída de un avión desde 10 mil metros

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Vesna era azafata. Y le tocó la extraña suerte de ser la única sobreviviente de un avión que estalló a 10 mil metros de altura y cayó sobre una ladera nevada. Todos los demás fallecieron pero ella -atajada por el carrito de las comidas- apareció con vida en el fondo del avión

Vesna Vulovic tenía 22 años, vivía en la Yugoslavia de Tito (región balcánica que agrupaba a naciones como Croacia, Bosnia, Hersegovina, Montenegro y Serbia, entre otras) y amaba las canciones de Beatles como decía Joan Baez. Quería conocer el mundo y se hizo azafata. E iba a ser protagonista de una historia única que la pondría en tapas de revistas de su país: Vesna iba a sobrevivir a una caída de un avión que volaba a más de 10 metros de altura y que sufrió una explosión en vuelo.

Al principio no recordaba nada


Fue en 1972. Estaba dando sus primeros pasos como auxiliar de vuelo, pero no se imaginaría que el destino la pondría en un lugar especial. Y llegó incluso a romper un particular récord Guinness de forma involuntaria.
Era una de las tres azafatas del vuelo 367 de las Aerolíneas Yugoslavas JAT que aquel 26 de enero cubriría el trayecto Estocolmo – Belgrado. En el avión, un McDonnell Douglas DC-9, viajaban 28 personas, 23 pasajeros y cinco miembros de tripulación entre los que no debería haber estado Vesna, que fue incluida por error como azafata en ese avión por una coincidencia de nombres entre empleados de la JAT.
Ella embarcó en la capital danesa y aprovechó para disfrutar de unos días en una ciudad que nunca había visitado. A pesar de querer hacer turismo, tuvo que acompañar a sus compañeros de tripulación que se dedicaron a comprar recuerdos para sus familiares y descansar.

Por su parte, el McDonnell Douglas DC-9-32 partió con 28 personas (23 pasajeros y 5 miembros de tripulación) a las 13:30 de aquel día desde Suecia. Pero en la escala de Copenhague descendió un hombre que nunca más volvió a subir al avión. Acto seguido, ya en vuelo la aeronave registró una explosión en el compartimento de equipaje, apenas 46 minutos después de haber despegado mientras se encontraba a 10.160 metros de altura.
Vulovic, afirmó al respecto: “Vi a todos los pasajeros y la tripulación desembarcar. Un hombre parecía terriblemente molesto. No solo fui yo quien lo notó, también otros miembros de la tripulación lo vieron, al igual que el gerente de la estación en Copenhague”.
Y sin dudar, agregó: “Creo que fue el hombre quien puso la bomba en el equipaje. Creo que había registrado una maleta en Estocolmo, se bajó en Copenhague y nunca volvió a abordar el vuelo”.
El avión sufrió una explosión en su parte delantera que provocó que se partiese en dos y se precipitase desde una altura de 10.000 metros sobre una ladera nevada de Kamenice, en la actual república Checa. Milagrosamente, Vesna Vulović sobrevivió a aquella caída. Fue la única superviviente y su historia incluso está en el Guinness de los Récords como la superviviente a la caída de mayor altura sin paracaídas.

¿Cómo pudo sobrevivir? Vulović sufrió fractura de cráneo, de ambas piernas y de tres vértebras, y una importante hemorragia cerebral. Las diferentes versiones explican que ella se encontraba en la zona final (otras dicen que en la media) del avión. En el momento de la explosión, quedó en una pared de la cola del avión por un carro de catering. La cola del avión fue la única parte del McDonnell Douglas DC-9 que quedó intacta en el accidente y cuya caída se produjo de forma menos brusca, debido a que el aire frenó en parte la aceleración de esa parte del avión que, además, cayó con un ángulo que hizo que resbalara y “amortiguara” en cierto modo el golpe. Es decir, un cúmulo de coincidencias que llevaron a la joven azafata a poder contarlo… o no, puesto que uno de los efectos secundarios de aquella caída fue que le borró de la memoria todo lo ocurrido.

De esta manera, en la cola, debió haber quedado atrapada entre los cadáveres y restos de equipaje. Esto fue posiblemente lo que le sirvió de colchón, además de la gran cantidad de nieve que había en el lugar de impacto, para salvar su vida.
Hubo otro factor clave. La presencia de Bruno Henke, un médico alemán que andaba por la zona. Fue el primero en llegar al lugar del accidente y sus conocimientos en medicina sirvieron para atender de urgencia a la joven azafata que gritaba de dolor.
Henke fue una de las personas que contradijeron la versión oficial al asegurar que Vulović se encontraba en la zona media del avión (que iba bastante vacío ese día). La azafata, con la que mantuvo amistad de por vida, no recordaba nada pero creía a Henke, un antiguo médico que había servido a la Wehrmacht en la II Guerra Mundial y que hasta su muerte mantuvo que Vulović tenía el cadáver de una de sus compañeras sobre ella cuando la encontraron.

El régimen de Tito la promocionó en revistas

Pese a las probabilidades en su contra, Vesna permaneció en coma durante diez días antes de iniciar un largo proceso de rehabilitación. Meses de cirugías, fisioterapia y fuerza de voluntad permitieron que recuperara la capacidad de caminar, aunque con ciertas limitaciones. Su caso atrajo la atención médica y se convirtió en un símbolo de esperanza y resistencia.

La azafata se recuperó y volvió a trabajar para la aerolínea tras sufrir durante diez meses una parálisis en la mitad inferior de su cuerpo. Y en los años posteriores al accidente se convirtió en una heroína nacional de su país. Fue recibida por el entonces mandatario de Yugoslavia, el mariscal “Tito” y fue invitada a varios programas de televisión de la época.
Vesna se transformó en la protagonista perfecta del relato que el aparato propagandístico de la Yugoslavia socialista pretendía vender: la “heroína de la Guerra Fría”. En 1985 el Libro Guinness de los récords la reconoció como la persona que fue capaz de sobrevivir a la caída más alta sin paracaídas: 10.160 metros.

El mismísimo Paul McCartney le entregó el reconocimiento en Londres. Sueño cumplido. Vaya forma de conocer a tu ídolo máximo de la música.
Por otra parte, en 2009 un documental se alejó del supuesto atentado terrorista (el hombre enojado que dejó dentro una valija con una bomba) y sostuvo que lo más probable fuera que el avión haya sido atacado por la fuerza aérea checoslovaca por error. Y que la historia de la azafata fue un invento de los servicios de inteligencia para tapar la equivocación.
Vesna Vulovic, la heroína nacional de la antigua Yugoslavia, participó en política en favor del Partido Demócrata, apoyando la entrada de Serbia en la Unión Europea. Padeció del síndrome del superviviente. Y vivió sus últimos días en soledad y con una pensión mínima. Falleció el 23 de diciembre de 2016 a los 66 años

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