El clown Víctor “Tomate” Ávalos visitó Misiones en el marco de una gira internacional y compartió su mirada sobre el arte, la cultura y la infancia: el juego y la emoción en vivo. La entrevista completa. Y su pasión por los globos

Con cerca de 30 países recorridos en su haber, Víctor “Tomate” Ávalos volvió a Misiones para compartir su arte con el público local. Clown, formador y artista integral, participa de festivales internacionales mientras representa a la Argentina y apuesta a una forma de arte que conecta con lo esencial: la risa, el juego y la emoción en vivo.

Durante su paso por Posadas, habló sobre su reciente viaje a China, su vínculo con la provincia, el valor de la cultura como política de Estado y el desafío de reconectar a las infancias con lo real, lejos de las pantallas. En un diálogo distendido, repasó anécdotas, reflexiones y detalles sobre su gira por Brasil junto a la compañía “Chaque el Circo”.
A continuación, la entrevista completa:
—Tomate, escuchamos en la presentación que recorriste más de 30 países.
—Sí, 27 exactamente. Después te voy a contar todos los en los que hice escala, que son al menos 10 más. Pero en 27 fui a actuar, a dar clases o ambas cosas. También hago unas marionetas de globos muy grandes, con miles de globos, para desfiles y aperturas de festivales.
—¿De dónde sos?
—Soy de San Fernando, provincia de Buenos Aires, al lado de Tigre.
—¿Cómo viviste la presentación en Posadas?
—Muy bien. Hacía mucho calor. No encontré mi vestuario de verano, que es más liviano. Estoy llegando de China hace 15 días y tuve problemas familiares, falleció mi viejo, así que estuve un poco desorganizado. No encontré el vestuario más adecuado y vine con uno pesado, que uso en salas con aire acondicionado. Pero bueno, está bien. Hay que sudar de vez en cuando para sacar las toxinas.

—¿Fuiste a China de paseo o por trabajo?
—Es la quinta vez que voy a China, siempre por trabajo. Esta vez participé de dos festivales de clown, en las ciudades de Xiujian y Fuzhou, representando a nuestro país.

—¿Qué tal la experiencia allá?
—China no es un país, es una civilización. Te encontrás con lo ultramoderno y lo ancestral al mismo tiempo. Es muy fuerte. Imaginate que no podés leer nada de lo que está escrito, eso ya es bastante condicionante. Después están las costumbres, la comida, los usos horarios, las tradiciones, todo muy distinto. Pero si te gusta viajar, tenés que ir a experimentar eso. Si querés comer churrasco, quedate en casa.
—¿Ya habías estado otras veces en Misiones?
—Sí, esta es la décima vez que vengo a la provincia. La última fue hace tres o cuatro años, en el encuentro cultural del NOA, que se hizo en Oberá. Siempre tengo saudades, siempre con ganas de volver, porque el público misionero es muy cálido, muy lindo realmente. Me gusta el calor, la naturaleza, los animales, las plantas. Acá me siento de película.

—¿Qué impresión te dio la provincia esta vez?
—No tuve una visión muy profunda, porque viajás, vas al hotel, preparás el show, montás, desmontás. No queda mucho tiempo para hacer turismo. Pero a Posadas la vi muy limpia, muy ordenada. Y quiero destacar el trabajo cultural. En nuestro país se ha cercenado mucho la cultura, y es doloroso. Me encanta viajar, pero también me gustaría trabajar más en mi tierra, y hoy está difícil. Por eso celebro que en provincias como Misiones se sigan manteniendo programas culturales y actividades para todo el público. La cultura es un bien tan importante como la soja, la carne o la minería.

—¿Cómo se llama la compañía?
—Se llama “Chaque el Circo”. Suena bien misionero, ¿no? Pochovsky, el alma mater de la compañía, es correntino, vivió mucho tiempo en Chaco y ahora hace un tiempo que está en Misiones. Hay gente que vino de Córdoba, de Formosa, de Buenos Aires. Una chica que trabaja en una cadena hotelera en Mallorca se sumó estando de visita. Otra viene de República Dominicana, trabaja en un circo allá y decidió venirse con nosotros. Es eso también, un encuentro de gente que se dedica a lo mismo, que comparte una pasión, un conocimiento, un estilo de vida.
¿Cómo te encontramos en redes?
—Me encuentran como Víctor Tomate Ávalos en Facebook, Instagram y YouTube. Y en Tinder también, por si acaso. Tomate Clown o Tomate, Payaso Tomate. Ahí van a encontrar material. Denle like nomás. Y los comentarios negativos, ahórrenselos, sean piadosos, que hay cosas peores.

—Última reflexión. En el espectáculo se habló de quitarle a los chicos un poco la tecnología, incentivarlos a mirar la realidad. ¿Qué opinás?
—Los pocos que están con el celular en la mano son adultos. Los niños están sentados disfrutando o jugando. El que no quiere ver, se va a jugar como esos gurisitos que andan por ahí, cayéndose, haciendo lo que hacen los niños. Yo creo que está bien que aprendan tecnología, pero también tiene que haber un límite. No pueden estar todo el día con el teléfono. Y el ejemplo lo tenemos que dar nosotros, los grandes.

Ahí va Tomate con su arte a escenarios de China, España, Italia, México y Chile, entre otros países. Su espectáculo “Tomate, puro tomate” combina comedia física y globos sin necesidad de palabras, logrando conectar con públicos de todas las edades.
“Desde 1992 inflo, soplo y doy vida a una serie de personajes de comedia con globos. Desde un dragón chino de 20 metros hasta una araña gigante de 4000 globos. También navegué dentro de un globo gigante y participé en un concierto de Manu Chao con un pulpo hecho de globos. Son imágenes que impactan y generan sorpresa”, contó.