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miércoles, abril 23, 2025

Rechazaron permisos de suizo-argentinos para residir y trabajar en Suiza

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El pedido abarcaba a los 11.500 descendientes que hay en Sudamérica. Se trataba de un cupo especial para las personas sin pasaporte helvético que descienden de la emigración suiza para que pudierar trabajar más fácilmente en dicho país. El Consejo Federal (Gobierno) rechaza la moción. Y el Parlamento bajó definitivamente la persiana: no habrá ninguna esperanza

Todo empezó con una moción del consejero de los Estados Carlo Sommaruga (PS) donde pedía un cupo especial para las personas sin pasaporte helvético que descienden de la emigración suiza para que puedan trabajar más fácilmente en el país alpino. El reclamo se había iniciado en la Argentina y se había extendido a varias naciones sudamericanas donde vinieron a vivir personas oriundas de Suiza.

La colectividad suiza tiene su presecia en defensa de sus raíces en la Fiesta del Inmigrante

Se trata de varias decenas de miles de personas sólo en América del Sur. Y con respecto a toda la geografía mundial, sólo se pueden hacer conjeturas acerca de la cifra total. No obstante, es evidente que debe ser muy alto el número de descendientes de la emigración helvética que a lo largo de las generaciones han perdido la nacionalidad suiza, según reportó la nota de Melanie Eichenberger para la agencia Swissinfo.

A pesar de la distancia, muchas de las personas hoy residentes en Sudamérica siguen cuidando el vínculo con sus raíces. Sueñan con poder recuperar la ciudadanía suiza o, al menos, con poder vivir y trabajar durante un período de tiempo en el país helvético.

“Es verdad -señaló Alex Müller, residente en la zona de Ruiz de Montoya- mi esposa tiene nacionalidad suiza pero cuando fuimos a intentar vivir allá no hubo posibilidad de quedarnos y tuvimos que volver. La política antimigratoria de Suiza es muy fuerte”

Sin embargo, lo que impide a estos descendientes viajar a Suiza –de los cuales muchos viven en América del Sur– no es sólo la situación financiera. Con frecuencia, también es la dificultad para conseguir un permiso de residencia. No suelen recibir un visado si quieren residir y trabajar durante un período prolongado en Suiza.

El consejero de los Estados Carlo Sommaruga (foto arriba) en representación del partido Socialista suizo presentó una moción para cambiar esta situación. La primera negativa la recibió del gobierno federal que rechazó de plano la iniciativa.

Una propuesta muy sencilla: Sommaruga exige la creación de un contingente especial complementario de permisos de residencia con posibilidad de trabajar para los descendientes de personas con ciudadanía suiza que no poseen el pasaporte helvético ni el derecho de ciudadanía de un país de la Unión Europea (UE) o de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC).

«En la comunidad de descendientes de suizos y suizas que no poseen el pasaporte existe la voluntad de reforzar el vínculo con Suiza», dice Sommaruga. Así lo pude comprobar, por ejemplo, el año pasado en un viaje con una delegación de parlamentarias y parlamentarios a Argentina y Brasil, señala.

Esta voluntad también la demuestra de forma muy clara una petición presentada por 11.500 descendientes de emigrantes suizos de Sudamérica, que exigen facilitar el acceso al pasaporte helvético.

Llega el NO definitivo

La moción del consejero de los Estados, Sommaruga, se tramitó en el Parlamento el pasado 20 de marzoEnlace externo. No tenía ninguna posibilidad de salir adelante. La cámara alta la rechazó por 28 votos en contra, ocho votos a favor y siete abstenciones. De este modo, la cuestión ha quedado totalmente finiquitada.

En Misiones, la presencia de descendientes suizos es evidente

La nacionalidad suiza se fundamenta en el principio de origen, de sangre: haber nacido en la Confederación Suiza o en el extranjero no cambia este derecho, ya que se hereda directamente. Aun así, más de 10 mil descendientes de personas con nacionalidad suiza han perdido la nacionalidad helvética. Una petición busca revertir esta situación.

El caso de Dylan Kunz

«Dylan Kunz, de 23 años, es descendiente de una familia suiza. Sus bisabuelos, oriundos de los cantones de Soleura y Turgovia, llegaron a Argentina en el siglo XIX. Aunque cuatro de sus cinco tíos conservaron la nacionalidad helvética por parte de sus progenitores, ni Dylan ni su padre, Rubén, la poseen. Todo se debe a plazos incumplidos.»

La familia quedó impactada en 2021 cuando Rubén, de 63 años, envió un correo electrónico a la Embajada en Buenos Aires, y recibió la noticia de que no era ciudadano de la Confederación.

“Fue una decepción enorme para la familia, y particularmente para mi padre, que había creído toda su vida que lo era”, relata Dylan, que reconoce que también se sintió afectado: «Mi padre y yo siempre decíamos ‘Suiza es el mejor país del mundo y nosotros somos suizos’».

Nacimiento sin registro en la Embajada

La familia Kunz siempre pensó que Rubén, al igual que sus hermanos mayores, había sido registrado en la Embajada de Suiza tras su nacimiento. En 1958, cuando no existía el correo electrónico y el servicio postal argentino aún utilizaba caballos en ciertos lugares, la confiabilidad no era absoluta. El anuncio conjunto del nacimiento del padre de Dylan y de su hermano aparentemente nunca llegó a la representación consular, lamenta la familia.

Dylan Kunz en img de Swissinfo.

Sin embargo, la ley es clara: si una persona no ha sido registrada en una representación suiza ni inscrita en el registro civil helvético antes de los 25 años (22 años, en 1958), pierde la nacionalidad. Eso fue lo que le ocurrió a Rubén Kunz en 1980.

En teoría, Rubén podría haber solicitado la recuperación de su ciudadanía en un plazo de diez años. Pero, al desconocer su situación, perdió esta oportunidad. Ahora sólo le queda una última opción: recuperar la nacionalidad ancestral si vive en Suiza de manera permanente durante tres años. Muy hipotético. “Para muchas personas de las que vivimos en Argentina, no sólo es imposible económicamente, sino que también sería difícil poder trabajar en la Confederación desde el punto de vista del derecho de residencia”, explica su hijo Dylan.

Cuando la cadena se interrumpe

En resumen, Rubén y Dylan Kunz, al igual que su descendencia, están privados del derecho a la nacionalidad suiza. «Estamos ante una dependencia en cadena», explica Barbara von Rütte, experta en derechos civiles. Una vez interrumpida dicha cadena, resulta difícil solicitar la restitución de la nacionalidad, aunque “cuanto más cerca uno está de la pérdida, más probabilidades hay de recuperarla”.

Al igual que los Kunz, cientos de personas descendientes de nacionales de Suiza han enfrentado este impacto en las últimas décadas. «El derecho de nacionalidad está fuertemente influenciado por el principio ius sanguinis«, explica Barbara von Rütte. La ciudadanía se transmite por filiación paterna o materna, sin que el lugar de nacimiento desempeñe algún papel. «La ley establece que mediante el registro, la ciudadanía suiza puede transmitirse de generación en generación”.

Un número significativo de personas afectadas por haber perdido la nacionalidad helvética considera que las condiciones para su transmisión son excesivamente estrictas. U n colectivo, al que pertenece Dylan Kunz,  presentó una petición firmada por 110 personas de nacionalidad suiza, residentes en el extranjero y 11.500 descendientes de la comunidad suiza. El texto fue dirigido al Parlamento en julio de 2024.

El mismo texto que el gobierno de Suiza rechazó y que finalmente el Congreso dio el golpe definitivo: no habrá chances para los que quedaron afuera.

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