11.7 C
Posadas
jueves, octubre 30, 2025

Balero Torres: «La selva tiene una armonía tan perfecta que uno piensa en Dios»

Ultimas Noticias

El escritor misionero contó su experiencia una noche en que lo llevaron de cacería en la zona de Cerro Moreno. Y tuvo una virtual epifanía. Eso mismo terminó años después generando su novela Socorro el desesperado grito de la selva

Era un joven ingeniero agrónomo contratado por una gran empresa que quería producir café en Misiones. Allí cerca de Campo Grande en la zona de Cerro Moreno Eduardo Torres hacía sus primeras armas profesionales. Administrar los cafetales no era sencillo pero lo intentaban. La calidad del producto justificaba los esfuerzos.

Pero Misiones es más que agricultura. Primero -y antes que nada- fue monte. Selva cerrada, arroyos y cascadas, líquenes y árboles gigantescos que buscan llegar a la luz y el sol mientras abajo, en el suelo pero también en el agua y en el aire la vigoroso biodiversidad se manifiesta con animales e insectos de todo tipo. Parece un caso pero no lo es.

«En la soledad de la noche, supe que no iba a tirar ningún disparo. El monte me había capturado…»

«Me habían invitado a ir de cacería. Nunca lo había hecho y acepté. Fuimos al ‘sobrado’ y mis compañeros me avisaron que allí era donde venían los animales a abrevar. O sea, se acercaban a beber agua y además a tratar de lamer un poco de sal que suele haber en las orillas (es algo que escasea naturalmente en Misiones). Me dejaron en el apostadero (sobrado) ocultoi en la espesura de la noche mientras ellos iban a rastrillar con los perros y perseguir venados».

En esa soledad quedó el joven Torres. No entendía nada.

«No cacé nada y además no tenía ganas de apretar el gatillo y disparar contra un animal indefenso. Pero en ese silencio cargado de sonidos y vida, la selva misionera me mostró esa noche inolvidable una armonía tan perfecta que uno piensa que esto es Dios», señaló a modo de reflexión.

Pasaron los años, Torres se involucró en la política partidaria y luego militó hasta llegar a diversos cargos ejecutivos y legislativos. Pero en 2010 la semilla plantada aquella noche en la oscura y profunda selva misionera pareció salir de su hibernación y brotó.

«De a poco empecé a dar forma y una década después ya tenía más o menos lista la historia. En el transcurso del desarrollo de la obra, que se trata de una novela, no me alcanzaba toda la bibliografía y no alcanzaba mi mente a dimensionar todo lo que significa la selva misionera, esa inmensidad que tiene una armonía tan perfecta que uno piensa que esto es Dios”.  

Así tratar de describir esa totalidad demandaría “varias vidas”, por lo que optó escribir algo que revelara la selva de una manera entretenida y por ello creó una familia de tucanes con la que va interactuando con las demás especies, tanto faunística como de la flora, y exponiendo la complejidad de la biodiversidad, siempre tratando que se comprenda la vital importancia que tiene su protección.  

Y así llegó Socorro, el desesperado grito de la selva.

Y la selva siguió respirando adentro de Balero. «Nunca podré quitarme del todo esa impresión que me dio estar allí en la soledad del monte rodeado de oscuridad y de todos los animales que conviven en una armonía difícil de explicar», señaló.

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img