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sábado, noviembre 1, 2025

Casi la mitad de los posadeños tuvo dengue

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Así surge del trabajo Las representaciones sociales del dengue realizado en conjunto entre el Instituto de Epidemiología y el IESyH-CONICET/UNaM. El 44% señaló que en algún momento tuvo la enfermedad transmitida por el Aedes aegypti. Y un 30% admitió no haberse vacunado

El 44% de los encuestados manifestó en Posadas haber tenido dengue en algún momento de su vida. En cuanto a las medidas preventivas más recientes, un 30% mencionó no haberse vacunado. Estos son parte de los resultados iniciales obtenidos a partir de encuestas y entrevistas en distintos barrios y presentados por los investigadores Agustín Villarreal, Marianela Lindner y Natalia Amerio.

Presentación de resultados sobre Representaciones sociales del dengue

El proyecto se desarrolla en un marco de cooperación institucional entre el Instituto de Epidemiología y Vigilancia de la Salud de la Municipalidad de Posadas y el Instituto de Estudios Sociales y Humanos (IESyH-CONICET/UNaM). Esta colaboración se formaliza a través de un convenio con la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (UNaM).

La presentación se realizó en el marco de las actividades conmemorativas por los diez años del IESyH. Y el trabajo de marras se denomina “Las representaciones sociales del dengue y las prácticas de prevención en la ciudad de Posadas en relación con los determinantes sociales de la salud“.

En el plano conceptual, la investigación reveló que la mayoría de los posadeños asocia el dengue con conceptos clave como “mosquito”, “enfermedad”, “prevención” y “fiebre”. Sin embargo, los investigadores señalaron que se observaron diferencias en estas representaciones según el nivel educativo y el acceso a la información de los participantes.

Durante la jornada se compartieron los primeros resultados, que arrojan luz sobre la percepción social del dengue en diversos barrios de la capital misionera. Los expositores detallaron cómo los vecinos de Posadas acceden a la información sanitaria y cuáles son las prácticas preventivas más frecuentes que adoptan.

Además, se puso especial foco en el análisis de los factores socioeconómicos que, según la investigación, inciden tanto en la propagación de la enfermedad como en la capacidad de respuesta comunitaria frente a los recurrentes brotes.

Respecto de la difusión para la toma de conocimiento, se identificó que los canales de comunicación más utilizados por la población para informarse son la televisión y las redes sociales. No obstante, se notó que persiste un nivel de desconfianza hacia las fuentes que no son consideradas oficiales.

En lo que concierne a las acciones concretas, el 70% de los encuestados afirmó eliminar recipientes con agua estancada, y el 60% indicó aplicar repelente. Pese a estas cifras positivas, un 25% de la muestra reconoció no realizar acciones de control de criaderos de manera regular, lo que representa un importante desafío para las políticas sanitarias.

El proyecto de investigación se estructura en torno a cinco ejes de trabajo: 

* relevamiento de datos;

* intervención educativa;

* formación y transferencia de conocimientos;

*extensión comunitaria y educativa; y, finalmente, 

*producción científica compartida.

La metodología incluyó instancias de capacitación conjunta, donde el personal técnico municipal se formó junto a los equipos universitarios. El objetivo central de esta sinergia es fortalecer el trabajo interdisciplinario y la capacidad de respuesta en el territorio.

El encuentro contó con la participación de autoridades de la FHyCS-UNaM, del IESyH-CONICET/UNaM, del Instituto de Epidemiología y Vigilancia de la Salud, y de los equipos técnicos de control de vectores de la Municipalidad.

En la ocasión de presentación de estos resultados, Fabricio Tejerina (foto arriba), director de Epidemiología y Vigilancia de la Salud, resaltó la utilidad del estudio. “Este proyecto nos permite entender cómo la comunidad percibe la enfermedad y qué prácticas adopta para prevenirla“, señaló. Además, enfatizó que los conocimientos obtenidos “en el territorio se convierten en herramientas para llegar de manera más efectiva a los vecinos”.

Tejerina también destacó el intenso trabajo de campo, llevado a cabo por más de 15 técnicos municipales que operaron en articulación directa con los equipos de investigación del CONICET y la UNaM.

Por su parte, el subsecretario de Salud y Calidad de Vida, Matías Orihuela (foto arriba), hizo hincapié en la importancia de la prevención a través del conocimiento. “La educación y la comunicación son pilares para la prevención“, y mencionó el esfuerzo en curso para fortalecer “el trabajo en territorio, en las escuelas y en instituciones de la ciudad“.

Orihuela valoró la cooperación con la academia y afirmó que esta articulación con la universidad “nos permite diseñar estrategias más efectivas frente al dengue“.

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