«Hoy hay más cristianos perseguidos que en los primeros siglos», había denunciado en su momento el papa Francisco durante una homilía en 2019. El mundo asiste con un silencio cómplice de las grandes organizaciones que exacerba la persecución y martirio de cristianos
Aunque el auge anticristiano hizo estragos especialmente en Oriente medio, donde el porcentaje de cristianos cayó del 20% hace un siglo al 4% actual, la violencia no sólo tiene origen islamita. Entre el 1 de octubre de 2021 y el 30 de septiembre de 2022, más de 360 millones de cristianos: católicos, ortodoxos, protestantes, baptistas, evangélicos, pentecostales, entre tantos otros, fueron «fuertemente perseguidos en el mundo, es decir, un cristiano de cada siete», declaró Patrick Victor, director de Puertas Abiertas Francia. La avanzada de crueldad y persecución que termina muchas veces en martirios en pleno siglo XXI no se detiene. Llama la atención de que la ONU (la organización que se supone representa a todas las naciones) parece hacer oídos sordos y vista gorda al fenómeno. Sólo mira el canal de Gaza pero no parece percibir los reportes de otros lugares de Oriente medio donde la persecución de cristianos no se detiene sino que crece y se exacerba. «El silencio de las autoridades hace que los fanáticos se sientan con mayor libertad para actuar con agresividad hacia los cristianos», contó a La Nación el padre Subesh, sacerdote católico de la India de la orden de Betharram, que llegó a la Argentina el año pasado y vive en la parroquia del Sagrado Corazón, en Barracas.
En su 70º cumpleaños, el papa León XIV presidió una conmemoración de mártires contemporáneos en el Vaticano. “Lamentablemente, a pesar del fin de las grandes dictaduras del siglo XX, todavía hoy no ha terminado la persecución”, declaró. “Muchos hermanos y hermanas, también hoy, a causa de su testimonio de fe en situaciones difíciles y contextos hostiles, cargan con la misma cruz del Señor. Al igual que Él son perseguidos, condenados, asesinados”, lamentó el pontífice estadounidense durante la homilía.

Durante su homilía, el pontífice León rememoró varios ejemplos de personas asesinadas por su fe cristiana, como la monja Dorothy Stang, “comprometida con los ‘sin tierra’ de la Amazonía”, y el presbítero iraquí Ragheed Ganni, ejecutado por el Estado Islámico por negarse a cerrar su iglesia.En este año 2025, en un acto de violencia extrema, 70 cristianos fueron decapitados por yihadistas en una iglesia de la República Democrática del Congo el pasado 19 de febrero. Testigos presenciales atribuyeron la masacre a las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo vinculado al Estado Islámico (EI), que secuestró a 70 creyentes, los llevó a una iglesia protestante en Kasanga, y los decapitó.

Ilustración de Gary Varvel en IndyStar.com
El silencio es la norma frente a las periódicas masacres de cristianos en África, señaló Claudia Peiró una estudiosa del tema. Y la del Congo no fue la excepción. De eso no se habla. Increíblemente, el dato de la persecución a los cristianos prácticamente no es tenido en cuenta por la propia opinión pública occidental. Una de las razones puede ser la distancia de los escenarios donde se producen estas situaciones de violencia, con frecuencia extremas.
Y en otros lugares tampoco es bueno: Los regímenes comunistas de China o Corea del Norte persiguen de forma sistemática a las religiones y a los cristianos en particular, que son confinados a campos de reeducación por considerarlos una amenaza a la política de ateísmo estatal.

Corea del Norte es el único país con persecución extrema cada año: Los cristianos no tienen absolutamente ninguna libertad y si los descubren practicando su fe, se enfrentan a campos de trabajo o la muerte. Incluso poseer una Biblia es un delito grave y será severamente castigado. A Corea del Norte le siguen Somalia, Yemen, Eritrea, Libia, Nigeria, Pakistán e Irán, Turquía y los países de Asia Central.
En el período estudiado, los cristianos han sido un blanco importante para los ataques de los yihadistas en África. Estos grupos extremistas vinculados a Al Qaeda y a Estado Islámico, sacan provecho de la inestabilidad y el vacío de poder en muchos países o regiones, y atacan a los cristianos a los que consideran “infieles”.
Del total de 4476 mártires registrados por Puertas Abiertas en el mundo en 2024, 4192 fueron asesinados por su fe en el África Subsahariana.
En una entrevista telefónica con La Nación, Ben Cohen, director de comunicaciones de la organización en Gran Bretaña e Irlanda, explicó que desde el punto de vista numérico «nunca antes en la Historia tantos cristianos enfrentaron persecución. Y se trata de un problema creciente».
En la ONU solo tienen miradas para Gaza. El resto no importa.
Vale reiterar las expresiones papales. “Hoy hay más cristianos perseguidos que en los primeros siglos (bajo el Imperio Romano)”, había dicho el papa Francisco en noviembre de 2019. Y un tiempo antes, había señalado que en la actualidad “hay más testigos, más mártires en la Iglesia”. Las cifras le dan la razón. No sólo eso, sino que la religión cristiana es la más perseguida en la actualidad.