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lunes, noviembre 24, 2025

El rulo más nocivo de la yerba

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El producto madre de Misiones ha sufrido a través de los tiempos los embates de la naturaleza (desde sequías hasta excesos de lluvia pasando por períodos de plagas como el rulo). Sin embargo, peor le ha ido a los agricultores con las políticas institucionales de Nación. Excepto el período de dos décadas (2002 a 2023) que coincidieron con la existencia de un Instituto Nacional de la Yerba Mate.

Gran parte de esta nota fue escrita para otro medio digital de Misiones. Como el mismo ha sido radiado de sus páginas donde se exhibía (y que había llegado a más 1200 vistas) vale la pena repasar algunos de sus conceptos. La idea es sencilla: la yerba creció en Misiones (y en el país) a pesar de y no, gracias a. Todo su recorrido histórico -que comienza a fines del siglo XIX cuando Carlos Thays consigue germinar los plantines para empezar un cultivo «normal» para esa planta perenne- ha estado signado por dificultades, pero como dicen los refranes y parafraseando a Borges, nadie dijo que iba a ser fácil.

En el inicio se recuerda un hecho histórico y relativamente reciente.

En 2001, el Tractorazo sacudió las estructuras de Misiones. En 2002 salió la ley de creación del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM).

Y desde allí, la actividad del sector tuvo un período de estabilidad con crecimiento. Hubo un derrame -como gustan decir los economistas- y hasta el más chico recibió una renta positiva.

Hay que decirlo claramente: el dinero generado para cubrir los gastos del INYM no proviene de las arcas del Estado. No. Cada vez que un consumidor de yerba mate compra un paquete, aporta (apenas ¡6,40 pesos -sí, leyó bien, seis pesos con 40- por cada medio kilo!) para que funcione el organismo (este valor es de enero 2024). O sea, hay una congruencia entre el aportante y el receptor del tributo.

No es sólo una opinión. Un análisis realizado por Coninagro, que aglutina a todas las cooperativas agropecuarias del país, reivindicó el rol regulador y la gestión del INYM al establecer que la yerba mate fue la mejor de las economías regionales en los últimos seis años.

De esta manera, Coninagro enfatizó que las regulaciones intrínsecas de las funciones del INYM ayudaron a la yerba mate a ser el mejor sector en estos últimos tiempos. Y con ello superó a producciones como el maní, aves, cítricos, forestación, leche, miel, ovinos, papa, tabaco, vino y mosto, peras y manzanas, granos, hortalizas y porcinos, entre otros.

Coninagro realiza desde 2018 el semáforo de 19 economías regionales, donde analiza tres parámetros fundamentales: el precio al productor, el crecimiento de la producción y la evolución de los mercados internos y externos.

Ahora, con el DNU y con la fuerte presión de legisladores de JxC se quitaron atributos esenciales al INYM. La avanzada de La Libertad Avanza logró su objetivo: hacer desaparecer todo tipo de regulación. Y -como en la ley de la selva- cuando no existen reglas, se impone el más fuerte.

Lo quieren -apenas- para que sea un organismo promocional de la yerba, muy al estilo IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna): esto es solo para divulgar las virtudes del producto. Nada más.

En resumen:

¿El que quiere importar? Que importe.

¿El que quiere plantar? Que plante.

¿La superficie que quiera? La que quiera.

¿Sobra materia prima? Bienvenida la libertad y la mano invisible (mecanismo mágico en la teoría liberal que sostiene que así se corrigen todos los defectos de un mercado imperfecto). Se halla -el lector ya lo podrá sospechar- en la antípodas a la idea de regular. No importa que se trate de un mercado imperfecto y que tiene estructura de oligopsonio: son pocos compradores (el sector industrial) que pueden imponer condiciones a muchos vendedores (los productores de yerba).

«Nuestra cooperativa anduvo relativamente bien. Pero ahora estamos en problemas -decía el directivo de una entidad de la zona centro-. Nuestros socios tenían cheques para cobrar (luego de un año!) de empresas yerbateras muy importantes. Pasaron por el banco y no tenían fondos. Nos dieron nuevos cheques … a 60 días».

¿Caen los precios de la materia prima? Mala suerte. Aumente su productividad y si no, siga participando (en otra actividad).

Empezó a entrar yerba mate del Brasil y Paraguay, dos países que no tienen los mismos estándares de calidad que Argentina (en especial con la cantidad de metales tolerados en la fórmula), además de no estacionar (Brasil) la yerba molida.

En Brasil no estacionan la yerba mate: así como se la seca, se la muele y se la envasa

Aunque los grandes productores y la industria dicen que no es importante, los productores chicos, en cambio, afirman que las importaciones le ponen un techo (tope) al precio de la materia prima localmente.

A inicios de 2024, este era el panorama: “Es que no es solamente que el precio ya no se mueve de 370 pesos por kilo de hoja verde (el último valor regulado a instancias del INYM). Sino que a comienzos de año, en la zafrinha (cosecha de verano) yo entregaba un lunes y el viernes ya estaba cobrando la materia prima. Luego se estiró a 30 días. Y ahora en el comienzo de la cosecha gruesa ya estamos en 30-60 días. Y se calcula que lo próximo será un pago a 30-60-90 días”, comentaba Luis un productor de pocas hectáreas de la zona centro. “Debí haberle hecho caso a un ingeniero agrónomo que me dijo en febrero: ‘cosechá todo ahora y entrega todo lo que tengas… el precio se va a caer’. Y era cierto nomás”.

Manfredo Seifert es productor yerbatero desde siempre e integrante del INYM y fue quien puso las cartas sobre la mesa con total nitidez, al enviar una carta abierta a Javier Milei.

“Presidente, usted tenía razón cuando decía que el Estado todo lo que toca lo destruye, porque con el DNU 70/23 se destruyó al sector yerbatero”, fue el resumen de su nota.

La yerba mate fue considerada el cultivo poblador de Misiones. Los inmigrantes llegaban, se instalaban en las colonias (de ahí, sus nombres) y empezaban a trabajar en lotes de 25 hectáreas. El gobierno les daba herramientas y plantines de yerba (en forma de adelanto).

Las primeras décadas del siglo XX vio a Misiones crecer en su oferta de yerba mate. Para los años 30, ya estaba bien asentada la producción. Argentina quería vender trigo a Brasil. Y Brasil decía: “Bueno, les compramos pero ustedes nos adquieren la yerba que tenemos”. La yerba era apenas un bien de cambio para la Nación. ¿A quién le importaban los colonos de Misiones?

Y así se restringía la producción local para permitir que el puerto siguiera ganando.

Pero el chacarero de Misiones es tozudo. No le alcanzó con tener la materia prima. Primero el secadero y luego el molino fueron las instancias para ir industrializando “su oro verde”.

A mediados de los años 30, cuando “la mano invisible” de los liberales no conseguía volver a crear un solo trabajo de los que se habían perdido con el crack (derrumbe de las bolsas y caída del comercio mundial) de 1929 y la gente y los gobiernos estaban desesperados, apareció un inglés (John Maynard Keynes) que le dijo a Franklyn Roosevelt el presidente de Estados Unidos: “No podemos esperar que los empleos vuelvan a aparecer por generación propia. Presidente: contrate diez personas, cinco que hagan un pozo y cinco que tapen ese pozo”, dicen que dijo. Es anecdótico y naturalmente Estados Unidos empezó a salir adelante con fabulosos programas de obras públicas (caminos, autovías, puentes, obras eléctricas, represas) que dieron trabajo a muchos obreros y dignidad a la gente. El modelo Keynes se trasladó al mundo, pese a lo que dice el actual presidente argentino. La «mano invisible» no apareció nunca. Y tuvo que aparecer la «mando del Estado» para poner un poco de orden a la actividad económica. Le guste o no al señor Presidente, (quien dice odiar a Keynes) esa es la verdad fáctica ocurrida hace nueve décadas (para quienes amen el cine y de paso deseen conocer de refilón una maravillosa historia verdadera, está El hombre Cenicienta o Cinderella man, el retrato de un boxeador en desgracia en Estados Unidos en la época de la depresión y cómo (sobre)vivía la gente sin trabajo).

Todos por un trabajo: En El hombre cenicienta se mostró la cara humana de la depresión de los años 30

En la Argentina, aparecieron las Juntas Nacionales (de Granos, de Carne) y comisiones reguladoras, entidades que centralizaron la actividad. Y sí, había que regular.

La Comisión Reguladora de la Yerba Mate fue la que correspondió al producto madre de Misiones.

Y con ella, el Mercado Consignatario, un sistema que recurría al fondeo del Banco Nación para financiar la actividad yerbatera. El productor o cooperativa entregaban la yerba (canchada) en consignación y recibía dinero para mover la actividad.

Con avatares, el modelo funcionó. Con “picardías”, también.

A mediados de los 60, había tanta yerba que no se podía acopiar más en los galpones del puerto de Santa Ana donde el Mercado Consignatario recibía canchada. Tanto, que el presidente de facto Juan Carlos Onganía ordenó que NO se levante un gramo de la cosecha de 1967.

Los períodos de sobreproducción no son nuevos en la yerba.
Lo fue en los años 30 cuando Brasil atiborraba el mercado argentino y lo volvió a ser a mediados de los 60.

La tercera vez ocurrió a fines de los 80.

Tras los controles de Onganía, la yerba dejó de ser negocio y volvió a faltar materia prima. Todo el mundo se largó a plantar. Así en 1987 todos se esperanzaban en lo mucho que iban a ganar porque el precio de la yerba estaba altísimo.

Contaron los huevos sin tener las gallinas en el corral.

Con la llegada del menemismo, el ministro Domingo Cavallo eliminó la CRYM y el Mercado Consignatario. Todo el mundo plantaba a lo loco y cuando esas plantas entraron en producción, el precio cayó desplomado por la sobreoferta. Nada nuevo.

Hasta que llegó el Tractorazo y el INYM.

¿Hacemos bucle? ¿O mejor llamarlo rulo?

El rulo es el psilido, una mosquita de 3 milímetros que anida en la hoja y ésta se enreda sobre sí misma

Se autorizó volver a plantar todo lo que se desea. Se sabe que habrá un solo ganador: el que tiene que comprar materia prima (en un mercado oligopsónico e imperfecto) porque la obtendrá más y más barata. Nada nuevo bajo el sol.

Dicen que el rulo fue una peste que atacó (y ataca a veces) la planta de ilex paraguayensis.

Este otro rulo sin embargo, es mucho más peligroso.

Y ya se están viendo los resultados.

En Misiones, LLA ganó en distritos yerbateros. Ergo, eso fue lo que votó la gente. Habrá que ver cómo se da el nuevo rulo para la yerba mate. No hay bolas de cristal. Pero la historia ya la vimos.

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