En el país de las proteínas animales, tanto el consumo de carne vacuna como de cerdo vienen creciendo fuerte. Y además nunca se consumió tanto pollo como ahora. La gente está volviendo a las carnicerías y aunque se exporta menos, se vende a mejor precio: ergo queda más para comer en el país
«Sí, en pollo estamos vendiendo mucho y sale principalmente el pata-muslo», señaló el titular de un autoservicio de Posadas. «Es lo que más vendimos en octubre», acotó. «Y se trata de una opción económica y rendidora. El pata-muslo como corte lo tenemos a 3000 pesos el kilo y además 3 kilos por 7500 pesos. Y eso rinde».
Es así nomás: en el país de las proteínas animales, la gente volvió a las carnes. La reina (por muy poco) sigue siendo la carne vacuna. Pero el cerdo y el pollo vienen marchando firmes a pocos pasos y creciendo.
El pollo marcó cifras récord, entre enero y agosto se consumieron 1,4 millones de toneladas (esto significa 1400 millones de kilos), una suba del 2% comparado con el mismo período del año anterior y un 3% por encima del promedio de los últimos 5 años. Los registros de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) indican que se trata del volumen más alto desde 2016, y marcan el mayor nivel de consumo de pollo en al menos una década.
Pero la carne vacuna es la que distingue (aún) a los argentinos.
Entre enero y agosto, la producción de carne vacuna alcanzó 2,1 millones de toneladas, el segundo nivel más alto desde 2010. La faena de 9 millones de cabezas y un peso promedio de 231 kilos por res reflejan una leve mejora de productividad respecto al promedio de los últimos cinco años. A pesar de que las exportaciones disminuyeron un 12% interanual (539.000 toneladas), los precios internacionales impulsaron los ingresos hasta u$s 2.256 millones, un 24% más que en 2024. El consumo interno también se recupera, con 1,6 millones de toneladas (esto es, 1600 millones de kilos) , un aumento del 7% frente al deteriorado año anterior. Se ubica un 2% por encima del promedio de los últimos cinco años. China sigue siendo el principal destino, mientras que Israel, Estados Unidos y la Unión Europea también son mercados clave.

Y aún queda el cerdo: ¿quién puede negar el atractivo de una bondiola o un matambre de cerdo a la parrilla? Los argentinos descubrieron el encanto de comer carne porcina.








