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jueves, noviembre 20, 2025

Más de un millón jubilados sigue trabajando

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Es la situación social y económica en que se ven inmersas personas que logran acceder al retiro y cobro de sus haberes como pasivos. Pero no les alcanza. Más de un millón de personas en edad jubilatoria siguen trabajando para sostener sus gastos diarios. Eso equivale al 17% de esa población. Según la abogada Florencia Markarián, muchos ya recortan incluso alimentación y salud.

Robert De Niro es Ben Whittaker tiene 70 años, es viudo y está jubilado. Y no tiene nada que hacer pese a sentirse sano y fuerte. Se ofrece para trabajar en lo que más conoce (labores de oficina) y una firma de moda que desea hacer un poco de responsabilidad social empresaria acepta tomarlo como un becario senior. Y allí entra Ben para trabajar junto a la dueña del sitio de ventas por internet, la bella Anne Hathaway. Llega con su maletín «de antes» y todos miran asombrados. Sin embargo -ahí está la gracia- se gana el cariño, afecto y la necesidad de todos los que integran la empresa. Una comedia (El pasante de moda… está en Netflix) que fue exitazo.

Pero no todos los jubilados son Ben. Algunos ya están cansados y no pueden más. Han trabajado 30, 40 y hasta 50 años y quieren tomar un respiro: Tiempo de jubileo decían los romanos. ¿Pero lo podrán?

La jubilación tiene su origen en la palabra jubileo y remite a un momento especial de la vida donde puede haber alegría (júbilo): La palabra  proviene del latín jubilare, que significa «gritar de alegría». En teoría, es ese momento de la vida en el que el trabajo queda atrás y llega el tiempo de disfrutar los años ganados mientras se hacían los aportes correspondientes. En la Argentina de hoy, sin embargo, el retiro se transformó en un lujo que cada vez muchos no pueden darse.

«Sí, accedí a mi jubilación -dice Carlos Miguel en Eldorado-. Tenía los aportes, hechos por diferentes patronales, salvo una última que era una pinturería donde trabajé y no estaban apareciendo en los registros de Anses. Ahora, cuando llegué a los 65 años, inicié los trámites a poco de cumplirlo (en septiembre) y ya salió la resolución con el pago del primer desembolso… Pero la verdad es que no voy a poder dejar de trabajar por ahora. Tengo un pequeño emprendimiento para realizar podas y mantenimientos de jardines y voy a seguir»:

La abogada previsional Florencia Markarián (foto abajo) explicó en Canal Doce que cada vez más personas en edad jubilatoria continúan trabajando para cubrir sus gastos básicos. Señaló que la tendencia crece en todo el país y refleja la fragilidad económica que atraviesan los adultos mayores ante el actual escenario dispuesto por el Gobierno nacional.

Y así citó un informe de Seguridad Social que revela que 1.070.000 personas con edad jubilatoria siguen en actividad, muchas por necesidad. Del total, 433 mil están registradas en empleos formales y 600 mil trabajan por fuera de ese sistema, en tareas informales o precarias.

Es decir, casi uno de cada cinco adultos mayores continúa en la actividad. Hace 15 años, esa proporción era menos de la mitad. En números absolutos, los jubilados registrados que trabajan pasaron de 176.000 en 2010 a 433.000 en 2025. Un salto de +146%.

Y eso sin contar a los cientos de miles que lo hacen en la informalidad —se estima que unos 600.000— o aquellos que quisieran trabajar y no consiguen empleo, ni a quienes logran sobrevivir solo gracias a la ayuda de sus familias. El universo de personas mayores que todavía dependen de un ingreso laboral, por necesidad o por obligación, es mucho más grande que el que muestran las estadísticas.

Desde el Gobierno, lo único que se informó es que la persona que está jubilada/pensionada no tiene ningún impedimento para emplearse de nuevo.

La explicación no sorprende a nadie: las jubilaciones mínimas rondan los 330.000 pesos, apenas algo más de 10.000 pesos por día. Con esa cifra, es imposible sostener una vida digna, pagar medicamentos, alquileres, servicios y alimentos básicos. No hay épica posible del «envejecimiento activo» cuando detrás hay una pensión que no alcanza ni para subsistir.

Así como Ben Whittaker, muchos adultos mayores eligen seguir trabajando por vocación, por sentirse útiles o por gusto. Pero detrás del relato de la productividad eterna, late una realidad más cruda: en la Argentina, la mayoría trabaja porque no tiene otra opción.

Y sí, jubilarse, en la Argentina actual se parece demasiado a dejar de cobrar, pero no a dejar de trabajar.

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