No será fácil. Ni sencillo. Correr en medio de la selva donde antes el yaguareté era amo y señor. Hoy, los maratonistas se calzan sus trajes, toman sus cantimploras y salen a aceptar el reto de pasar por montes, arroyos, teales y -para más- tratar de ganar. Ya hay cerca de 800 inscriptos