Los cargos se heredan. Es una norma (muchas veces no escrita) que rige en una gran cantidad de ámbitos laborales de la Argentina. No funciona eso de que para el empleo público no hay prerrogativas de sangre y una única exigencia es la idoneidad. Ahora, parece que se acaba. Lo había sacado Mauricio Macri en su presidencia y lo repuso Alberto Fernández en la suya