Llega el final. Es un comienzo. Es 1961 y Rubén Ayala Ferreira decide fugarse con otros pocos compañeros. Arriesgan sus vidas entre pastizales, esteros y lugares desconocidos. No había celulares ni Google maps. Pero contaron con la muy valiosa ayuda de gente como ellos, liberales que no querían una patria como la de Stroessner. Y pudieron salir libres. Con la asistencia desinteresada de muchos brasileños (civiles y militares) que los asistieron en la ocasión.
Los guerrilleros del movimiento 14M fueron apresados y torturados. La mayoría fue llevada a Asunción y ahí tuvieron que hacer trabajos forzados en la cantera de la famosa (y temible) cárcel de Tacumbú (en la foto). Y el relato de Rubén Ayala Ferreira aporta nuevas luces sobre esa y otras experiencias