La brecha de género es artificial, dice la autora Claudia Peiró, e impulsada por tribus urbanas con más pantalla que arraigo. Llevan a la degradación del lenguaje hasta en niveles académicos. Ya hay pasos para ir corrigiendo.
El lenguaje ¿impone la realidad? No. Pero hay tribus urbanas, grupúsculos que hacen mucho bochinche y consiguieron su espacio y que, para peor, excluyen. Políticos y académicos les hacen lugar porque "no cuesta nada". Es un 'delirio fundamentalista' y una infantilización de la lengua. Pero lo peor NO INCLUYE. El testimonio del final de esta nota de una persona con discapacidad es contundente al respecto