Alicia Soroka un día dijo Chau. Y toda la sociedad misionera se conmovió con la despedida de esta obereña amada y apreciada por todos. Con su voz suave y persuasiva y una inteligencia notable para hacer su trabajo, se ganó un lugar en el corazón y en el dial de los misioneros. Los testimonios en el adiós lo dicen todo