La guerra es un enigma y una enfermedad, dice Gonzalo Peltzer, el autor de esta nota, un periodista de larga trayectoria. Y lanza un pronóstico sugerente: en un año, el líder ruso Vladimir Putin no estará más en el cargo
Nunca quiso la guerra. Y como tiene miedo a que le envíen al frente de combate prefirió esconderse en un bosque y aguantar allí. La historia de un joven ruso
Pudo sobrevivir. A los torpedos que partieron el barco. A la desesperación, a salir a cubierta. A lanzarse al mar dentro de una balsa. A 36 horas flotando a la deriva. A una tormenta feroz. A 20 grados bajo cero. Fue uno de los ocho misioneros que estuvo en el hundimiento del buque de guerra. Y está aquí para contarlo. Es ése que se ve en la foto, el primero de la izquierda envuelto en una manta. Recién rescatado
La presentadora del tiempo de la TV Pública y otros medios importantes habló en exclusiva con Periodismo Misionero de la guerra que sufre el país donde viven muchos familiares.
Vinieron hace más de cien años. Se instalaron en Misiones y, desde un inicio, amaron la yerba mate. Muchos de ellos apostaron a su producción, elaboración, y envasado. Hoy, todos rezan por la solución pacífica del conflicto que tiene a su país y Rusia en vilo al mundo. Hoy, los ucranianos rezan en su idioma (son muy religiosos) y aquí hay algunas de sus historias
¿Quiénes son las víctimas más dolorosas de la guerra? Los niños, los jóvenes, las personas que pierden seres queridos. Los que deben huir y dejar todo atrás. Ahí están las bombas y los tanques. Y los soldados y los que "clavan sus uñas distinguidas en los mapas". Pero la pobre gente es la que sufre