La figura más venerada por los devotos oriundos de Barcelona, el Cristo de Lepanto se caracterizó siempre por su color negro brillante. En medio de una restauración se descubrió la verdad, su color era mugre de hace 120 años y en realidad era una pieza llena de colores, detalles y texturas para apreciar.
Durante una expedición a una zona de aguas profundas, al norte de las islas hawaianas, investigadores hallaron un antiguo lecho de lago seco pavimentado...