Leda era una mujer católica como miles en el mundo. Y un día empezó a realizar la imposición de manos. Y produjo un fenómeno de atracción. Cientos y miles de personas afectadas se acercaron a ella, en las misas en que estaba. La Renovación Carismática afirma que a través de las manos pasa el poder del Espíritu Santo y llega para sanar el cuerpo y el alma de los creyentes.