La inflación no quiere rendirse. Los precios continúan subiendo y se mantienen en la estratósfera. El gobierno nacional recurre a una medida ortodoxa pero que no suele dar resultados positivos y que además ataca a la industria nacional de alimentos. La pone en el banquillo de acusados como casi únicos responsables de la inflación. No parece ser el caso
Sergio Massa ya es superministro en un país donde la urgencia no suele dar tiempo a lo importante. Presentó sus ideas básicas de cómo encarar el último tramo del gobierno de Alberto Fernández. Aparecen medidas sensatas: Gastar menos de lo que entra, vender más de lo que se compra (al mundo), subir las reservas en dólares, tratar de cuidar a los jubilados, atacar el 'negocio' de los planeros y quitar subsidios a los que tienen más ingresos. Habrá que ver si se pueden cristalizar y faltan elementos para el combate de la inflación