Había nacido en Garupá y creció en Posadas a la que describió como ninguno. Sus retratos de los niños corriendo por los ranchos o las lavanderas junto al viejo río mientras él se adentraba en los misterios del amor. Ése fue Ramón Ayala. Claro, después vino El Mensú y un reconocimiento eterno
Un gran hombre. Un defensor de la universidad pública. Un laburante. Un verdadero gestor diplomático en tiempos de dictadura. Un defensor de carreras cuestionadas. Todo el recuerdo para Víctor René Nicoletti