El avión cayó. Los adultos (incluida su madre) estaban muertos. Y ellos, una niña de 13 y sus hermanos de nueve y cuatro y su hermanito de once meses debían empezar a moverse por la selva solos. Por suerte eran indígenas y sabían hacerlo. Sobrevivieron más de dos semanas en una región de monte, humedad, lluvias, animales e insectos peligrosos. Milagro en la selva