Pablo Otero era el símbolo del empresario que se enriquecía, competía en carreras de una categoría creada por él, y gastaba dinero en abogados a mansalva: todo lo obtenía de no pagar los tributos en los paquetes de cigarrillo que su compañía Sarandí vendía. Ya se había apropiada de 1/3 del mercado y ahora no sólo deberá empezar a tributar sino que deberá dar explicaciones por una serie de maniobras con sospechas de fraude, evasión, lavado y cohecho
Para tomarse la cabeza. Pese a todos los esfuerzos para tener presencia en el Congreso y hacer lobby en su tema para la Ley Bases, Pablo Otero (foto) deberá a empezar a tributar por los cigarrillos que entrega al mercado. La Corte Suprema ya decidió que no hay más subterfugios legales
El diputado de la Unión Cívica Radical (UCR) por Jujuy, Jorge Rizzotti, advirtió sobre la existencia de intereses detrás de la votación de la Ley Bases...
Los plantadores de tabaco de Misiones se verían mejorados en sus ingresos si la Ley Bases incorpora finalmente lo aprobado en Diputados y si el Presidente no lo veta posteriormente
¿Qué se discute cuando se habla del impuesto a los cigarrillos? ¿Por qué hay un Señor Tabaco? ¿Cómo hizo para obtener beneficios tributarios? ¿Envía cartas documentos a través de sus abogados a los periodistas para que dejen de divulgar la historia? Al final, los diputados lorgraron torcer el lobyy
Una firma que se percibe Pymes pero que en pocos años se queda con el 35 por ciento del mercado de cigarrillos del país compite y desplaza a las dos gigantes del mundo (Massalín y British American Tobacco) lo logra todo a base de amparos judiciales y sale al mercado sin pagar el 75% de impuestos que pagan las marcas competidoras