José González vivió siendo muy joven una experiencia única en la vieja URSS. Viajó hacia allá porque en su país, Paraguay, las huestes de Stroessner lo perseguían a él y sus familiares por ser "febrerista". Vivió cinco años en aquellas lejanas tierras y este es el relato de su amor juvenil y de cómo la cuidó al final cuando ella era atacada por un cáncer