Pablo Otero era el símbolo del empresario que se enriquecía, competía en carreras de una categoría creada por él, y gastaba dinero en abogados a mansalva: todo lo obtenía de no pagar los tributos en los paquetes de cigarrillo que su compañía Sarandí vendía. Ya se había apropiada de 1/3 del mercado y ahora no sólo deberá empezar a tributar sino que deberá dar explicaciones por una serie de maniobras con sospechas de fraude, evasión, lavado y cohecho
Para tomarse la cabeza. Pese a todos los esfuerzos para tener presencia en el Congreso y hacer lobby en su tema para la Ley Bases, Pablo Otero (foto) deberá a empezar a tributar por los cigarrillos que entrega al mercado. La Corte Suprema ya decidió que no hay más subterfugios legales
¿Qué se discute cuando se habla del impuesto a los cigarrillos? ¿Por qué hay un Señor Tabaco? ¿Cómo hizo para obtener beneficios tributarios? ¿Envía cartas documentos a través de sus abogados a los periodistas para que dejen de divulgar la historia? Al final, los diputados lorgraron torcer el lobyy
Una firma que se percibe Pymes pero que en pocos años se queda con el 35 por ciento del mercado de cigarrillos del país compite y desplaza a las dos gigantes del mundo (Massalín y British American Tobacco) lo logra todo a base de amparos judiciales y sale al mercado sin pagar el 75% de impuestos que pagan las marcas competidoras
El tabaco tiene una tradición de décadas en Misiones quizá originado en el "fumo" brasileño. Desde hace 50 años existe la ley 19.800 que protege a los productores pero siempre hay pícaros pensando en cómo escamotear el beneficio