Se llama Yasmín Fernández. Es de Eldorado y estudia en la Facultad de Arte de la Unam. No tenía previsto viajar pero a última hora decidió y se trepó al colectivo que pocos minutos después se derrumbaría en el lecho del arroyo Yazá. Ella salvó a Gustavo Báez que iba flotando en el agua helada de esa madrugada. Y ayudó a otra chica. Su relato es conmovedor
«Muchas gracias!!! Porque gracias a vos mi hermano está vivo eternamente agradecida mil gracias!!» Es el mensaje que Griselda Elizabeth Baez subió a Instagram. «Mil gracias ya que salvaste a mí hermano. Y te estoy eternamente agradecida que Dios te puso en el camino».
Y con humildad Yasmín Fernández, una estudiante de Eldorado va desgranando la historia. «Yo no iba a viajar ese día. Fue una cosa de último minuto: esa noche, esa madrugada yo preparé mis cosas y me fui. Y (parece que) yo tenía que estar ahí para ayudar a ese chico y no lo sé… Realmente son cosas que a uno, no sé, es humanidad supongo yo. Realmente Dios me puso ahí, me cuidó y sobre todo me puso ahí para poder ayudar a ese chico», va contando Yasmín.
Y en su relato, Yasmín refirió al momento más dramático, cuando vuelan por los aires y terminan en el lecho del arroyo Yazá. «Sí, estoy bien, realmente estoy muy muy muy bien. Solo tengo dos puntos (de sutura) en las piernas y muchos raspones y dolor del golpe, nada más. Gracias a Dios fui muy bendecida».

El reporte técnico señala que el colectivo se fue derrumbando hacia el puente y al caer al vacío, los más afectados fueron los pasajeros que iban en el piso superior. «Yo estaba en un lugar en el que no tuvo tanto impacto realmente. Así como chocamos con el auto y después nos fuimos (deslizando) a la banquina y directamente ya después nos estrellamos (y fuimos lanzados) los 15 metros en caída, fue a lo que nos levantó. Caímos y a los dos segundos ya se llenó de agua, el agua me empujó hacia afuera, fui así expulsada del colectivo», recordó Yasmín.
En ese momento, se encuentra con una chica que estaba con un estrés postraumático severo y trató de ayudarla. «Me acerqué a una chica. Todos estaban gritando y me acerqué a esta chica porque estaba gritando y estaba (como) eufórica, sentía impotencia, que realmente estar tan consciente y estar bien, me di cuenta que no estaba golpeada. (Pero que estaba así por el momento la adrenalina, me acerco a la chica, ella tenía un golpe fuerte en el pecho, estaba recogiendo su mochila y otra (cosa) que encontró, se concentró en eso, entonces yo le decía: Estoy bien, estás bien vos, estamos acá, tranquila…»
Y allí, mismo en medio del agua torrentosa (no era muy profundo les llegaba hasta la altura del pecho aproximadamente) y de repente en la oscuridad, Yasmín ve un cuerpo que va pasando y quiere pensar que está vivo. «Cuando me doy cuenta, eso fue lo que me shockeó, digamos… que pasa un cuerpo, lo que primero nomás me vino a la cabeza es que no podía estar muerto. No puede ser un cuerpo de una persona y yo estaba realmente (ansiosa). Parada, porque ya tenía estabilidad, el agua ya no me estaba llevando, pero cuando yo lo veo, solo me tiré (a sujetarlo), (el torrente) nos llevó costa abajo. Por eso me raspé mucho, porque realmente me fui con el chico con la corriente, porque no lo iba a soltar, no lo iba a dejar ir, dije No, no. Y bueno, cuando le agarro el chico realmente, me costó un poco, nos fuimos corriente abajo, y lo cazo, cuando le logro, pasa que (tenía aspecto de haber quedado) cuadripléjico, no podía moverse del cuello para abajo, y cuando lo tenía abrazado, realmente lo sostuve».

Esos momentos dramáticos, Yasmín tuvo que recurrir a toda sus fuerzas para intentar sujetar al joven salvado. «Me planté sobre las rocas, nos quedamos ahí un rato, porque no tenía fuerza para poder llevarlo. Era un chico de 31 años y lo agarré fuerte, cuando empezó a sentir su lado derecho, sus piernas, sus brazos, después sintió también el lado izquierdo. Pero ese estaba dislocado, se dislocó el hombro. Y ahí empecé a moverme a la orilla, y después él empezó a ayudarme un poco, porque realmente no tenía tanta fuerza para llevarlo a la orilla. Pedí ayuda a un señor para sacarlo afuera, pero era una pendiente muy inclinada, y no pudo. El señor me dijo que simplemente me acompañara y lo dejara, entonces él quedó en la orilla, en el agua, también tenía mucho frío, lo que yo solamente pude hacer fue estar al lado, con mis piernas, pasa que se golpeó».
Y como estaba recuperando su movilidad, ella decidió que debía inmovilizar su cuello. «(Allí decidir) usar mis piernas para que él no moviera tanto la cabeza. Estaba tiritando de frío. Y la chica que encontré primero volvió. Le dije que viniera a estar con nosotros, estábamos los tres juntos. Lo único que podía hacer, fue cuando tomé su celular, porque yo solo me quedé con lo puesto, todas mis cosas se me perdieron, eso no era lo importante realmente. Así tomé su celular, como linterna alumbraba… en la noche. ¿Para qué? No sé, realmente quería dar algún tipo de consuelo con la linterna a algunas personas y saber que estábamos,(ahí en la oscuridad, en el arroyo, con frío, pero vivos). Me sentía impotente, pasa que yo me sentía en todas mis facultades y no podía verlos así. Me daba una impotencia no poder ayudar. Todo el mundo estaba gritando, pidiendo auxilio, y me dolió que solamente pude haber ayudado a dos personas y no poder haber ayudado más…»
El ángel de Eldorado había salvado una vida de una muerte casi segura. Sin embargo, sentía que no era suficiente.
Gustavo Baez «se va a mejorar», insiste Yasmín. «Lo van a derivar a Posadas, él va a salir adelante. (…) Hasta lo último, me quedé con él, hasta que llegó su familia en el hospital. Estuve, fui con él en ambulancia y lo Entonces, quiero pedir perdón por preocuparos, y muchísimas gracias por todo el amor y el cariño», dice con humildad Yasmín.
Y en redes los mensajes son claros: «Sos un ángel, no dudes nunca, ayudaste y mucho…no se puede ayudar todos pero a Gustavo lo re ayudaste», dijo Verónica Duarte.
Y otro más fuerte: «(Sos) Una genia, la heroína sin capa. Lanzarse al arroyo arriesgando su vida también tiene más valor aún. Así sean una o cien vidas que uno pueda salvar ya es mucho y es un orgullo, sin dudas los padres de esta chica criaron una gran persona con empatía, bendiciones para esta chica en todo el resto de su vida», escribió Germán Gassmann
(Video Gentileza Noticiasdel6.com)









